terça-feira, 3 de novembro de 2009

EL REGIMEN DE FACTO
DEBE CUMPLIR EL ACUERDO
DE TEGUCIGALPA/SAN JOSÉ


Las organizaciones abajo firmantes que integran el Observatorio Internacional Sobre la Situación de Derechos Humanos en Honduras (OISDHHN) expresan su satisfacción por el Acuerdo "para la reconciliación nacional y el fortalecimiento de la democracia en Honduras" con el que se pretende retornar a la democracia y asegurar una salida pacífica y negociada al golpe de Estado.

Sin embargo manifestamos preocupación porque algunos sectores políticos y aliados del gobierno de facto a tres días de haberse firmado el Acuerdo, pretenden desconocer el espíritu del mismo aplicando tácticas dilatorias o, negando el cumplimiento de lo esencial, lo que sería de extrema gravedad.

La reintegración del Presidente legítimo no debe tardar más, tampoco puede estar condicionado a lo que dictamine la Corte Suprema de Justicia u otras instancias estatales que han estado involucradas a nivel de sus máximos responsables con el golpe de Estado y/o que han pretendido darle ropaje jurídico al rompimiento del orden constitucional en Honduras.

El OISDHHN recuerda que el Acuerdo político "habrá de permitir restablecer la convivencia ciudadana y asegurar un clima apropiado para la gobernabilidad democrática.”

La restitución del Presidente Zelaya debe hacerse en forma inmediata. De esta manera la misma celeridad que caracterizó la actuación de los poderes del Estado para su destitución debe emplearse para acordar su restitución. El 5 de noviembre debe conformarse el Gobierno de Unidad Nacional y Reconciliación bajo el mando del presidente legítimo. De no respetarse el Acuerdo, el proceso electoral en curso no puede ser reconocido por la comunidad internacional, ni las sanciones levantadas.

Finalmente recordamos que la base de cualquier democracia es respetar los derechos humanos y, actualmente persisten conductas que restringen libertades fundamentales. Estos hechos no pueden pasar desapercibidos y merecen toda la atención de la comunidad internacional.

Por tanto insistimos en que se respete el espíritu político del Acuerdo Tegucigalpa/San José. Hacemos un llamado a las fuerzas políticas hondureñas y al Congreso de Honduras a cumplir con la obligación histórica que les corresponde.

CEJIL
FEDERACION INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS
FIAN INTERNACIONAL
PLATAFORMA INTERAMERICANA DEMOCRACIA, DERECHOS HUMANOS Y DESARROLLO
SOLIDARIDAD MUNDIAL DE BELGICA
APRODEH DE PERU
CODHES DE COLOMBIA
CCAJAR DE COLOMBIA
SÜDWIND Austria
ALIANZA SOCIAL CONTINENTAL (CA)
ENLAZANDO ALTERNATIVAS
CENTRO TRICONTINENTAL DE BELGICA
FORO MUNDIAL DE ALTERNATIVAS
FRANÇOIS HOUTART PREMIO UNESCO 2009
MARCHAS EUROPEAS CONTRA EL DESEMPLEO, LA PRECARIEDAD Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL

*

R E F L E X Õ E S
sobre Honduras


Félix Antonio Molina
Eva Golinger
Ricardo Salgado


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En zona de quiebre

Por Félix Antonio Molina*

Las fuerzas opositoras a la consulta popular que promueve el presidente Manuel Zelaya en alianza con sectores sociales organizados perderán este pulso; han perdido antes casi todas las batallas de conquista de la opinión de la gente, el gran escenario del poder.

Perdieron quienes quisieron ver a Zelaya en la lona por los puñetazos del magisterio, los chantajes de las importadoras de combustibles o los supuestos enojos de Washington, cuyos voceros locales soñaban ver la cancelación de la Cuenta Desafíos del Milenio y el fin del TPS para la diáspora catracha, en castigo por las proximidades con Chávez.

Perdieron quienes esperaban la aprobación inmediata en 2006 de la Ley de Telecomunicaciones a su gusto con la privatización de Hondutel incluida, la enajenación de la Portuaria, el SANAA y la ENNE... el Gran Plan de Nación de Farallones.

No han ganado quienes quisieron escuchar la voz del traje púrpura de Villa Iris en contra del ex alumno del San Miguel por suprimir en la factura de la ENEE el ajuste por combustible y cobrar tarifa real a los grandes consumidores, y tampoco ganaron aquellos que tendieron un cerco mediático alrededor de Casa Presidencial con la siguiente instrucción: "nada de fotos, nada de textos oficiales, todos atentos a sus pifias".

Perdieron quienes se burlan de él por ese pujido antes de las palabras mal pronunciadas, sus botas picudas, sombreros de ala, motocicletas renegadas, bigotes mostachos, hebillas vaqueras, caballos peruanos, guitarras desafinadas, esas improvisadas coplas con Polache o los recorridos en tractores y aviones de combate. Todo eso le sirve a este llanero para comunicarse en alta velocidad con una población que no escribe ni da cátedras, pero que está harta de los rituales de una clase política engolada, fastuosa, miope y corrupta.

Perderán los que creen que el FMI no firmará un acuerdo temporal con Honduras por las críticas del gobernante y los que se mofan de la dirigencia popular del 1 de mayo por coincidir con el Presidente en casi todos los 12 puntos que demandan al Estado.

El Partido Nacional, el Partido Liberal suacordovista, los movimientos eclesiales fundamentalistas -católicos y evangélicos -, los medios de desinformación, unos cuantos analistas oficiosos y unos pequeños sectores de izquierda tradicional atragantados en su propia soberbia e intolerancia, no pueden contra Zelaya.

No pueden porque los imaginarios colectivos del país ya no son propiedad de los partidos, las iglesias y la prensa en sus diversas expresiones. Y no pueden, porque no se vale menospreciar a nadie.

Mel no desconoce que estas instituciones de poder duro siguen siendo influyentes, pero ya no deciden. Algo bien serio pasó, que no pueden imponer el pensamiento único.


Tonto

Los críticos de este hombre cometieron un grave error desde su triunfo electoral en noviembre de 2005: considerarlo mentalmente discapacitado, tonto, aislado y subordinado.

Las 10 familias del Grupo Fáctico, que creen decidirlo todo en el Estado, en la Curia, en los periódicos y la tele, en El Hatillo, en Farallones y en Coyolito, creían que gobernarían con Mel, o a pesar de él.

El nuevo Presidente en el primer y segundo año de mandato envió dos mensajes potentes a quienes afirmaban que su gestión sería políticamente frágil, socialmente conflictiva e intelectualmente discapacitada.

Incluyó en el Ejecutivo a Gabriela, Hugo, Yanny y otros representantes de corrientes liberales, inclusive críticos suyos, pero se deshizo pronto de ellos luego de hacerlos partícipes de la mayor compra de gobernabilidad jamás vista en la historia política del país: la financiación del Estatuto del Docente con fondos de la condonación de la deuda externa.

Mel fue capaz de convencer al G-16, al Grupo Consultivo de la ERP y a los mismos gremios magisteriales que pagar salarios con fondos derivados de la iniciativa HIPC era una contribución directa a la reducción de la pobreza. Si no lo entienden así, entonces no habrá gobierno que se sostenga, les dijo.

Y el segundo golpe de opinión fue la puesta en ejecución de las recomendaciones centrales de la Comisión de Notables que presidió el cardenal Rodríguez para reducir los costos de los combustibles.

En asocio con la Comisión Patriótica de Solidaridad la administración Zelaya acabó ganando la batalla contra las importadoras transnacionales estadounidenses y el embajador Ford, que se salvó de la expulsión, y suscribió un contrato de compra-venta directa de combustibles con Petrocaribe. ¿Quién en su sano juicio, libre de la ponzoña antiMel, es capaz de negar que los precios de los combustibles se han sostenido estables con ese mecanismo?


Mel versus medios

Desde el segundo año, con más fuerza, Mel denunció el cerco mediático que le estaban tendiendo los grupos de poder fáctico ligados a los periódicos, la televisión y la radio, por lo que decidió fortalecer y en algunos casos crear la propia estructura gubernamental de medios: Radio Nacional, páginas de Internet institucionales, el periódico Poder Ciudadano y Canal 8; además, las agencias de publicidad, las oficinas de relaciones públicas y las cadenas de radio y televisión fueron puestas en funcionamiento.

Nadie, en los últimos años, ni Suazo Córdova "para defenderse de la amenaza comunista de Rusia y sus satélites" ni Callejas para imponer la devaluación tuvieron que impulsar medios propios para equilibrar la agenda mediática del Estado. Los medios privados estaban a su total disposición en aquellas épocas.

En el tercer año Mel mueve su gobierno a la centroizquierda, asocia el país al ALBA, enfrenta la posición neoliberal del COHEP, arremete contra los países ricos con su discurso en la ONU, hace virar la política exterior hacia el Sur, critica de frente al debilitado FMI y fija un nuevo salario mínimo, lanzando a los dueños de su partido, el Liberal, hacia los brazos de la derecha conservadora donde se funden con su gemelo el Partido Nacional.

En el cuarto año de gobierno los analistas hubieran esperado que Pepe y Elvin fueran más candidatos, mientras Mel menos Presidente, pues así ha sido antes en los años electorales; pero hoy los hombres del Chimbo y La Humuya no solamente son menos candidatos, sino que Mel es más Presidente y más candidato que ellos.

Esto es verdaderamente desconcertante, constituye una auténtica distorsión de la "normalidad electoral" del país. Y extiende la imaginación y los miedos de quienes han estado acostumbrados a mantener todo bajo su control; en estos días, los dos partidos antiguos están hechos un hervidero por las contradicciones internas que desata la coyuntura actual.

No es necesario ser analista político para saber que las instituciones tradicionales llegaron al tope de la desconfianza y que 2009 es año decisivo para la ciudadanía, es año de rupturas de cosas viejas y nacimiento de cosas nuevas. Es el inicio de una nueva era.


Cuatro caminos

Están en marcha al menos cuatro procesos políticos al mismo tiempo, que pueden ser paralelos o coincidentes; colisionar para acelerar la crisis o confluir para gerenciar la ruptura.

El primero. El proceso electoral de los partidos minoritarios, sí, los cinco son minoría en el país, pues en la última elección general de 2005 no alcanzaron siquiera la mitad del universo electoral de 4.5 millones de personas mayores de 18 años, llegaron a 46%.

La gente de Pepe y Elvin quieren elecciones en 2009 cuesten lo que cuesten, no les importa privatizar el proceso con financiamiento del COHEP o de la AHIBA, volver a reformar la Ley electoral y dejar a sus activistas que inflen las urnas como lo hicieron el pasado 30 de noviembre en los comicios internos, cuando suprimieron las actas de cierre de urnas por las actas municipales adulteradas.

El segundo. El proceso que ha iniciado la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular en alianza con sectores sociales organizados y ciudadanía de base para construir una nueva identidad política al margen de los partidos: las candidaturas independientes, fermento de la participación política directa, que ejercerá presión por encima de la legalidad de las viejas formas de participación representativa bajo control del TSE, auténtica maquinaria de exclusión. Piensan mal quienes creen que este proceso acabará con la inscripción o denegación de las candidaturas de Carlos Humberto Reyes Pineda y sus designadas presidenciales. Es el comienzo.

El tercero. La consulta popular del 28 de junio hacia una Asamblea Nacional Constituyente en enero de 2010 es el tercer proceso político en marcha. Y no hay que engañarse, este es un ejercicio que tiene el permiso, el respaldo y la participación del pueblo que se puso de espaldas al sistema de partidos y al sistema electoral desde hace varios años, los independientes e inclusive miembros descontentos de los partidos que aún sobreviven la crisis de confianza y legitimidad.

Y los números no son despreciables, sobrepasan el 70% de adhesiones a la consulta, de acuerdo a sondeos previos.

Los sectores que se le opongan con formalismos jurídicos y guerra sucia serán responsables de agitación social y política en todo el país, especialmente en Valle de Ángeles, Las minitas, El Hatillo y otros refugios de las familias que mueven teclas.

Mel Zelaya es actor político en este proceso, por supuesto que lo es, pero con él están los sectores sociales que vencieron los miedos y prejuicios, que le acompañan a cambiar, por ejemplo, las reglas del juego en el agro nacional; las centrales campesinas dicen que una nueva Ley Agraria Integral viene y nadie la detiene.

De modo que sería un lamentable error no entender que la ciudadanía sí quiere Constituyente para darle progresividad a los derechos, incluyendo los de la tercera generación o derechos de los pueblos.

En los foros en donde he participado sobre la coyuntura actual, en el norte, sur y centro del país, la ciudadanía pone los temas de la Asamblea de enero 2010, sin fijarse solamente en el futuro político de Mel después del fin de su mandato.

Los temas incluyen la distribución equitativa del espectro radioeléctrico, que es patrimonio nacional y no propiedad de las corporaciones televisivas, radiales y operadoras móviles de telefonía; también la salud y educación universales.

Además, y desde luego, modificación radical de las reglas del juego electoral que incluyan revocatoria de mandato para presidente, diputados, alcaldes y regidores, ya sea por negligencia inexcusable, enfermedad extrema o corrupción; separación de elecciones presidenciales y de gobiernos locales; candidaturas independientes en todos los niveles; reelección presidencial y cerrojos contundentes a los delincuentes electorales y narco políticos.

El cuarto. El proceso continuado por el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia en ocasión del primer aniversario de la huelga de hambre de mayo 2008: la construcción de ciudadanía política desde los territorios, un proceso que devuelva la política a sus verdaderos dueños: los ciudadanos y las ciudadanas, quienes se plantearán en el corto y largo plazo la forma de ejercer el poder en cada espacio geográfico, político, cultural.


El quiebre

Si en 1981 veníamos del autoritarismo militar a una nueva era en la que dejamos en manos de los partidos políticos la conducción del país, ahora que éstos se abandonaron a los brazos de las corporaciones y a las gerencias de los grupos fácticos de toda laya, es el tiempo de la ciudadanía.

Aunque este sujeto colectivo, organizado o no, es difuso aún en sus formas y tamaños, está dejando un mensaje claro: esta vez no serán los comités centrales y consejos ejecutivos los que controlarán la Constituyente; al menos así debería ser, lo contrario sería reprochable. Inadmisible.

¡Qué año señores y señoras! Los sociólogos lo llamarán el año de la inflexión o quiebre.

La legitimidad y confianza en la Carta Magna de 1982 llegó a un límite, ese Contrato Social de 28 años está agujereado por sus propios autores, porque ha sido 27 veces interpretado y reformado, incluyendo aspectos fundamentales de la forma de gobierno y el territorio.

¿Ustedes recuerdan lo que decía el ahora integrante del Comité Cívico de Defensa de la Constitución, Rafael Pineda Ponce, cuando justificaba ante el pueblo garífuna desde la Presidencia del Congreso Nacional la reforma para vender las playas atlánticas a inversionistas hoteleros de la farándula externa y local? ¿Acaso quieren pasar viendo todo el tiempo cómo los monos saltan de una rama a otra, en los atardeceres? Así les decía... Yo lo recuerdo.


*Félix Antonio Molina es periodista.

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Honduras:
La victoria del “Smart Power”

Por Eva Golinger

Henry Kissinger decía que la diplomacia es “el arte de refrenar el poder”. Obviamente, el ideólogo más influyente de la política exterior estadounidense del siglo XX estaba haciendo referencia a la necesidad de “refrenar el poder” de otros países y gobernantes para poder mantener la posición dominante de Estados Unidos ante el mundo. Presidentes como George W. Bush, empleaban el “poder duro” (Hard Power) para lograr este fin: armas, bombas, amenazas e invasiones militares. Otros como Bill Clinton, utilizaban el “poder suave” (Soft Power): la guerra cultural, Hollywood, ideales, diplomacia, autoridad moral y campañas para ganar “las mentes y corazones” de las poblaciones civiles en países adversarios. Pero la administración de Barack Obama ha optado por una mutación de estos dos conceptos, fusionando el poder militar con la diplomacia, la influencia política y económica con la cultural y legal, y llamándolo el “poder inteligente” (Smart Power). Su primera aplicación ha sido en el caso de Honduras, con el golpe de estado, y hasta hoy, ha funcionado a la perfección.

Decía la Secretaria de Estado Hillary Clinton en su audiencia de confirmación ante el Senado de Estados Unidos, que “debemos utilizar lo que se ha llamado el “smart power”, el rango completo de herramientas que están a nuestra disposición – diplomáticas, económicas, militares, políticas, legales y culturales – escogiendo la herramienta correcta, o combinación de herramientas, para cada situación. Con el “smart power”, la diplomacia sería la vanguardia de nuestra política exterior.” Luego, Clinton reforzaba este concepto afirmando que “el camino más sabio es primero utilizar la persuasión.”

¿Qué es lo inteligente de ésta concepción? Es una política dificil de clasificar, dificil de detectar y dificil de desmontar. El caso de Honduras es ejemplar. Por un lado, el Presidente Obama condenaba al golpe contra el Presidente Zelaya, y por otro lado, su embajador en Tegucigalpa se reunía constantemente con los golpistas. La Secretaria de Estado Clinton repetía muchas veces durante los últimos cuatro meses, desde el primer día del golpe, que Washington no quería meterse ni influir sobre la situación en Honduras – que eran los hondureños que tenían que resolver su crisis, sin ninguna injerencia externa. No obstante, fue Washington que impuso la mediación de Oscar Arías, presidente de Costa Rica, era Washington que seguía financiando al régimen golpista a través de la USAID, y era Washington que comandaba y controlaba las fuerzas armadas hondureñas, a través de la base militar Soto Cano (Palmerola).

También fue el lobby de Washington que redactó el “acuerdo” de San José, y en el final, fueron los altos funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento de Estado que tuvieron que “persuadir” a los hondureños para que aceptaran ese acuerdo. A pesar de la constante injerencia de Estados Unidos en el golpe de estado en Honduras – desde su financiación, diseño y apoyo político hasta el apoyo militar – el “smart power” logró distorcionar la realidad ante la opinión pública, convertiendo al duo Obama/Clinton en los “grandes ganadores del multilateralismo”.

Lo que hizo el “smart power” fue disfrazar el unilateralismo estadounidense de multilateralismo. Del primer día, la agenda de Washington se impuso. El 1 de julio, los voceros del Departamento de Estado admitieron en una rueda de prensa que tenían conocimiento previo del golpe. También admitieron que dos altos funcionarios de la diplomacia estadounidense, Thomas Shannon y James Steinberg, estuvieron en Honduras la semana anterior al golpe para mantener reuniones con los grupos civiles y militares que lo llevaron a cabo. Decían que su propósito era “frenar el golpe”, pero ¿cómo se explica entonces el hecho de que el avión llevando al presidente Zelaya ilegalmente fuera del país salió de la base militar de Soto Cano, en la presencia de los militares estadounidenses?

Los hechos demuestran la verdad sobre el papel de Washington en el golpe de estado, y su posterior experimento exitoso con la aplicación del “smart power”. Sabían del golpe, financiaban a los involucrados, ayudaron sacar al Presidente Zelaya del país y luego, utilizaron a la Organización de Estados Americanos (OEA) – en un momento incluso en que estaba en peligro de extinción – como fachada para imponer su agenda. En su discurso, el Departamento de Estado siempre legitimaba a los golpistas, llamando a “todas las partes…a resolver las disputas políticas de manera pacífica a través del diálogo”. ¿Desde cuando un usurpador ilegal del poder es considerado “una parte” légitima dispuesta a dialogar? Obviamente es un actor criminal que no estaba dispuesto a dialogar en primer lugar. Basada en esa lógica de Washington, el mundo debería hacer un llamado al gobierno de Obama para que “resuelva su disputa política con Al Qaeda de manera pacífica a través del diálogo”.

El “smart power” de Obama/Clinton logró su primera victoria durante los primeros días del golpe cuando los estados miembros de la OEA aceptaron la solicitud de esperar 72 horas para “darles tiempo” en Honduras para resolver su crisis. Luego vino la imposición de la mediación de Arías, y ya, de haber cedido tanto espacio a Washington, el imperio tomó el reino y lo llevó hasta el final. Cuando el presidente Zelaya se fue a Washington para reunirse con la Secretaria de Estado Clinton, fue obvio quien estaba en control. Y asi lo jugaron, alargando el tiempo hasta el último momento para no permitir un regreso de Zelaya que tuviera el espacio de revertir lo que ya se habían logrado.

El pueblo se quedó fuera, los meses de represión, violencia, persecución, violaciones, toques de queda, cierres de medios de comunicación y torturas y asesinatos, se han olvidado. Menos mal, como dijo el Subsecretario de Estado Thomas Shannon, luego de lograr hacer firmar el “acuerdo” entre Micheletti y Zelaya, que la situación en Honduras se pudo resolver “sin violencia”.

Al firmar el acuerdo el pasado 30 de octubre, Washington “levantó” las pocas restricciones que habían impuesto para presionar al régimen golpista. Ya pueden sacar sus visas y viajar al norte, no se tienen que preocupar por los millones de la USAID que ni siquiera se habían suspendidos. Los militares estadounidenses en Soto Cano pueden reiniciar todas sus actividades – bueno, realmente nunca las habían dejado de hacer, como confirmó el Comando Sur del Pentágono, días después del golpe: “todo está normal con nuestras fuerzas armadas en Honduras, están haciendo sus actividades y maniobras conjuntas con los hondureños como siempre”. Washington está preparando su delegación de observadores para las elecciones en Honduras el próximo 29 de noviembre – ya están en camino.

Olvídanse del torturador Billy Joya y los paramilitares colombianos enviados para ayudar al régimen golpista “controlar” la población. No se preocupan por el arma sónica LRAD utilizado para torturar a los habitantes en la embajada de Brasil, durante la estadía de Zelaya. No pasó nada. Como dijo Thomas Shannon, “felicito a dos grandes hombres por haber logrado este acuerdo histórico”. Y la Secretaria de Estado Hillary Clinton comentó que “este acuerdo es un logro tremendo para los hondureños”. ¿Disculpa, para quién?

En el final el celebrado “acuerdo” impuesto por Washington sólo llama al congreso de Honduras – el mismo que falsificó la renuncia de Zelaya para justificar el golpe, y el mismo que apoyó la instalación ilegal de Micheletti en la presidencia – de determinar si quieren o no restituir a Zelaya en la presidencia. Y sólo después de recibir una opinión de la Corte Suprema de Honduras – la misma que opinó que Zelaya era un traidor por promover una encuesta no vinculante sobre una posible reforma constitucional y la misma que ordenó su captura violenta. En caso de ser positiva la respuesta del congreso, Zelaya no tendrá ningun poder. Su gabinete sería impuesto por los partidos que apoyaron el golpe, las fuerzas armadas golpistas estarían bajo el control de la Corte Suprema golpista, y además, Zelaya podría ser enjuiciado por su supuesto “crimen”, por haber promovido una encuesta no vinculante sobre una potencial reforma constitucional.

Según el “acuerdo”, una comisión de la verdad supervisará la implementación de los términos acordados. Hoy anunciaron que la comisión será liderada por una ficha de Washington, el ex presidente chileno, Ricardo Lagos. Promotor de las políticas neoliberales de Washington, Lagos es co-director de la Junta Directiva del Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento estadounidense de la derecha que analiza los temas relacionados con América Latina. También fue encargado por la National Endowment for Democracy (NED) para crear una versión chilena, la Fundación Democracia y Desarrollo, para “promover la democracia”, al estilo estadounidense en la región. Al salir de la presidencia en Chile, Lagos fue Presidente del Club de Madrid – un club exclusivo de expresidentes dedicados a “promover la democracia” por el mundo. En ese “club”, también figuran personajes vinculados con la desestabilización de los gobiernos de izquierda en América Latina como Jorge Quiroga y Gonzalo Sánchez de Lozada (ex presidentes de Bolivia), Felipe González (ex primer ministro de España), Václav Havel (ex presidente de la República Checa) y José María Aznar (ex primer ministro de España), entre muchos otros.

En el final, el “smart power” fue suficientemente inteligente para engañar a los que hoy se abrazan y celebran “el fin de la crisis” en Honduras. Pero para la mayoría del pueblo latinoamericano la victoria del “smart power” de Obama/Clinton en Honduras significa una sombra muy oscura y peligrosa que nos acerca. Apenás, iniciativas como el ALBA estaban logrando la independencia en América Latina del poder estadounidense. Por primera vez, los países y pueblos se levantaban en colectivo con dignidad y soberanía para determinar sus propios futuros. Y llegó Obama con su “smart power” y golpeó al ALBA, debilitó la integración latinoamericana y aplastó cualquier pensamiento sobre independencia y soberanía en el patio trasero de Washington.

Arrodillados y entregados ante Washington, “fue resuelta” la crisis en Honduras, la misma que se había fomentado en el norte. Ahora, se habla de Paraguay, Nicaragua, Ecuador y Venezuela, donde cada día aumenta la subversión, la contrainsurgencia y la desestabilización. El pueblo de Honduras sigue en resistencia, a pesar del “acuerdo” entre sus gobernantes. Su insurrección y compromiso con la reivindicación de sus derechos es el símbolo de la dignidad. La única manera de derrotar a la agresión imperial – que sea inteligente o que sea bruta – es a través de la unión e integración de los pueblos, a todo nivel.

“Lo ilegal lo hacemos de inmediato. Lo inconstitucional tarda más tiempo.” – Henry Kissinger

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Honduras:
La verdadera intención de la Oligarquía;
todo contra la participación del pueblo


Por Ricardo Salgado

Las tesis sobre las causas mediatas e inmediatas que produjeron el golpe llegan normalmente a la conclusión de que el mismo fue ejecutado contra la posibilidad de que el pueblo hondureño alcanzará mayor poder a través de su participación en la toma de decisiones relevantes en el país. En otras palabras, había que detener la posibilidad de que el pueblo refundara la nación.

En este afán, la oligarquía y sus sirvientes de siempre no solo recurrieron al golpe, sino también a las tácticas mas salvajes heredadas del fascismo latinoamericano de los años setenta y ochenta, con el fin supremo de “persuadir” al pueblo de que es mala idea cuestionar la autoridad de los que mandan; de desafiar eso a lo que periodistas fascistas hondureños llaman paz, democracia y armonía social.

El 28 de junio, después de un largo y detallado proceso de planificación, tanto a nivel local como internacional, y con al menos el consentimiento de la administración norteamericana, o parte de ella, se ejecutó el golpe de estado que para la oligarquía significa mantener sus obscenos privilegios dentro de Honduras, y para el imperio y su derecha servil del continente como un ensayo para practicar la nueva visión de la democracia de los que tienen mucho.

Entonces el propósito ha sido detener la lucha del pueblo hondureño, y la eventual resistencia de los pueblos latinoamericanos. Sin embargo, el escenario que se presentó en Honduras después del golpe fue muy desfavorable para los golpistas que siempre supieron que podían burlarse de la comunidad internacional mientras contaran con el apoyo de los halcones.

La reacción popular ha demostrado que los planes de los enemigos de los pueblos son una cosa, y la reacción de los pueblos es otra. En nuestra Honduras, los cuatro meses de resistencia popular no solo han servido como una gigantesca escuela política para el movimiento social, sino también ha puesto en evidencia la posibilidad real de tomar el poder para el pueblo en lucha.

La estrategia de la derecha, en busca de esquivar el impacto de sanciones internacionales ha concentrado sus esfuerzos en la realización de unas elecciones que realmente no desean. Las ven, o por lo menos las han visto hasta ahora, como un mal menor que ellos pueden controlar electrónicamente, con el complemento eficaz de su maquinaria represiva.

Sin embargo, en las últimas semanas se les ha visto urgidos por descartar la participación de las candidaturas populares a los cargos en juego en esa elección. Es evidente que su carta electoral funciona si no participan las fuerzas progresistas en el proceso. Hoy la restitución meramente simbólica del presidente constitucional les sirve para alargar la tensión y someter a presión a nuestros candidatos para que pronuncien su renuncia públicamente.

El presidente Zelaya sabe y entiende que el camino trazado por los golpistas mas temprano que tarde los llevaría a un callejón sin salida; su argucia electoral terminaría acorralándolos, porque su misión NO ES EVITAR QUE EL PRESIDENTE RETORNE; ES EVITAR QUE EL PUEBLO TOME CUOTAS DE PODER REAL. Las arengas sobre la participación de un “mosaico” de ideologías que proclamaba Micheletti hace dos meses, se ha desvanecido y se ha puesto en tela de juicio la intención sincera de los golpistas de llevar a cabo un proceso electoral que incluya los candidatos en resistencia.

Si revisamos rápidamente lo que esta en juego nos daremos cuenta de verdades que siempre están presentes, pero que tendemos a obviar o ignorar:

El congreso nacional tiene la potestad de elegir: La Corte Suprema de Justicia (cada siete años); Fiscal general y Fiscal adjunto (cada cinco años); Procurador General de la República (cada 5 años); Tribunal Supremo Electoral (cada 5 años); Tribunal Superior de Cuentas (cada 5 años); Comisionado Nacional de Derechos Humanos (cada 5 años). Un poder importante el que tiene dicho congreso.

Durante los 30 años de vida electoral (no democrática) el control de todos estos entes (los que curiosamente tienen hoy periodos de ejercicio mas largos que el del propio presidente), el control del poder se ha centrado justamente en repartir esas instituciones entre representantes de los diversos grupos que conforman la oligarquía.

Siempre estos cargos han sido electos por consenso bipartidista y nunca ha habido ninguna disputa mayor sobre su repartición. La Corte Suprema y su famosa proporción 8-7 (Ocho magistrados del partido en el poder y siete del otro partido tradicional) patentizan la maquinaria de la impunidad y el soporte de la corrupción.

Por esta razón priva en honduras la arbitrariedad por encima de la legalidad; por eso los bancos pueden rematar lo que quieran cuando quieran; por eso existen grandes negocios con bases de datos sobre los historiales de las personas (centrales de riesgo); por eso los cambios de velocidad en la aplicación de la justicia entre muy lenta para los casos mas terribles de corrupción hasta muy rápida contra funcionarios de la administración Zelaya y los presos políticos de la resistencia.

Esta maquinaria de impunidad ha sido manejada por unos cuantos durante todos estos años: Los “Capos” de esta mafia del tráfico de influencias se cuentan con los dedos de la mano: Carlos Roberto Flores Facussé (quien ha ubicado su gente en todos los órganos mencionados); Ricardo Maduro Joest; Rafael Leonardo Callejas, y otro par de miembros de este selecto grupo de Corleones politicos

Vemos pues que lo que esta en juego para la derecha es sencillamente el mecanismo que le permite vivir bajo condiciones de dueños del país. Está claro que si los grupos populares ocupan posiciones dentro de esta estructura, esa manipulación se acaba; se posibilita la revisión del sistema en si; se abre el camino a la asamblea nacional constituyente y con ello la revisión de la duración y formas de elegir estos importantes estamentos auditores y administradores de la justicia.

Se ve muy obvio que el propósito de estos señores es EVITAR LA PARTICIPACION DE LOS CANDIDATOS DE LA RESISTENCIA en el proceso electoral. Por eso el análisis de la coyuntura es de suma importancia para los dirigentes populares, sus candidaturas, y el mismo presidente Zelaya. Las decisiones que tomen pueden tener consecuencias por años para la vida nacional.

El proceso de unidad de todos los grupos integrados en la resistencia es valioso para nosotros y preocupante para los oligarcas golpistas. Es imperativo encontrar las vías para un análisis profundo y unitario de las acciones a seguir. Se deben encontrar las vías para llegar a conclusiones valiosas entre los líderes políticos en resistencia y el presidente de la república.

En cualquier caso, sin importar cual sea la decisión final, todos estamos obligados a sumarnos a procesos de organización para enfrentar la eventual participación en el proceso electoral.

Mas allá de las consideraciones de tipo ético, moral (de las que carecen los golpistas), y políticas; y considerando las experiencias de los procesos populares en América Latina, luce de gran relevancia la utilización de los propios medios y reglas de la derecha para ganar los espacios que necesitamos para garantizar el avance de nuestros proceso de liberación.

Así pues, debemos apoyar las decisiones de nuestros dirigentes, conscientes de que la responsabilidad de estas revisten una importancia capital para nuestro propio futuro. Hoy la unidad es la herramienta de la victoria.

03/Noviembre/2009

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