sexta-feira, 13 de novembro de 2009


Por
Juan Almendares
Víctor Manuel Ramos
Alex Darío Rivera M.
Diana Espinal Meza


Tegucigalpa, 10.11.2009. Foto: CMI-Honduras.

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Diálogo Guaymuras,
honduras y las
elecciones blindadas

“El síndrome del chivo expiatorio”

Por Juan Almendares

Penetrar en las honduras del abismo político, es necesario para analizar el diálogo Guaymuras, Acuerdo Tegucigalpa/ San José para la reconciliación nacional y el fortalecimiento de la democracia; firmado el 30 de octubre 2009; por representantes del Gobierno de Facto y del legitimo Presidente de Honduras Manuel Zelaya Rosales.

El análisis, requiere establecer una relación del texto, el contexto, la historia y estrategias de la hegemonía política local e internacional en la concepción ética y liberadora de la vida

Son claves para el análisis filosófico, político y ético del citado Acuerdo: El Dialogo, Estado de Derecho, Constitución, Democracia y Reconciliación Nacional.

La invitación al diálogo, la impunidad y la violación de los derechos humanos, han sido los rasgos esenciales del golpe militar.

En nombre del Estado de Derecho, la Constitución, la Democracia y la invocación a Dios por las jerarquías religiosas; el golpe militar salva sus pecados y continua impune bajo el imperio de la ley y la propuesta de la Reconciliación Nacional.

El estado de derecho se caracteriza por la supremacía de la ley sobre el ser humano. Se abstraen los valores éticos, de género, étnicos y de clase social. Las fuerzas hegemónicas han fosilizado, petrificado y santificado la Constitución. Sus consignas son: ¡Dios es hondureño!, ¡Dios Bendiga Honduras! ¡Viva Honduras! y ¡Viva la democracia! Omiten señalar todas y todos los asesinados, femicidio, torturados y perseguidos políticos, a raíz del golpe militar.

Tres estrategias han caracterizado al golpe: la guerra irregular, con “elecciones libres y blindadas” para producir el Síndrome de Desgaste y agotamiento prolongado del adversario hasta obtener su derrota total.

La segunda estrategia es desacreditar, infiltrar, dividir y demonizar a las fuerzas opositoras aglutinadas en La Resistencia Nacional contra el Golpe Militar; acusándolas de vándalos, anarquistas, chavistas, comunistas, enemigos de la democracia, subversivos para crear condiciones y gestar mas violaciones a los derechos humanos y promover una guerra civil.

La tercera estrategia es el Síndrome del Chivo expiatorio que consiste en depositar la responsabilidad de todos los males, desgracias , violaciones a la ley, la constitución, acuerdos y la mala gobernanza en una solo individuo ó sea en el presidente Zelaya; quien ha sido tratado en forma cruel y degradante por el circo neroniano mediático, por medio de la calumnias, mentiras, acusaciones de violar la constitución, estigmatización y con privación de su libertad bajo la tortura psicológica y exposición a gases, sustancias tóxicos, ruidos infernales tanto a él , su familia y acompañantes en la Embajada de Brasil.

La crueldad e infamia de los voceros del régimen de facto llega a tal grado que el fracaso del Acuerdo Guaymuras se lo atribuyen a Zelaya Rosales. Sin embargo ese acuerdo desigual e inmoral es producto de la hegemonía militar local, internacional y del capital financiero multinacional que se refleja en la instalación y mantenimiento de bases militares en Honduras, Colombia y Panamá, cuya estrategia política es causar nuevos golpes militares en América Latina y amenazar la paz continental.

El propósito del Gobierno de facto es continuar en el poder, aniquilar la Resistencia mediante la infiltración, división, terror y tortura. Ante esta situación ¿Son legítimas, transparentes y legales las elecciones blindadas? En consecuencia tanto el Presidente Zelaya como la Resistencia no tienen responsabilidad moral ni legal de lo que pueda ocurrir antes, durante y después de las elecciones.

La resistencia sabiamente se fundamenta en el principio de la no violencia. Las elecciones son un tránsito por el infierno de la injusticia en las honduras del abismo político militar. La tarea principal de la resistencia es fortalecer la unidad de todas las fuerzas, respetar las diferencias. Trabajar juntos por la Asamblea Constituyente, la transformación de la esencia de la Constitución de la República de Honduras y lograr la democratización del país, la paz y la justicia.

El futuro se avizora con mayores obstáculos, si se consolida el régimen golpista. Debemos aprender las lecciones de la historia de los años de guerra, con los miles de muertos, discapacitados y millones de emigrantes centroamericanos. Sin embargo el complejo militar industrial y el capital financiero continúan promoviendo el negocio de la guerra a expensas de la sangre de nuestros pueblos.

Se estiman en Honduras 16mil policías, 14mil militares, 60 mil guardias de seguridad privada, un centenar de sicarios y una cantidad no determinada de orejas. En la base de Palmerola 1500 soldados estadounidenses; cuyo número puede aumentar en millares en el curso de horas. El total aproximado es de 90mil sujetos armados cuyos líderes tienen entrenamiento en la Escuela de las Américas y donde el performance de las fuerzas de EUA es invisible.

El amor solidario y fraterno entre las organizaciones de la resistencia, la confianza en sus conductores(as) , la estrategia de la no violencia son esenciales para abrazar la esperanza del nuevo amanecer de paz, justicia social y climática, respeto a los derechos humanos de nuestro pueblo y de todos los pueblos de América Latina y de la humanidad planetaria.

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Por Allan Macdonald.

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De raids aéreos y otros raites

Por Víctor Manuel Ramos

Pasaron ya 22 años desde que Mathias Rust burlara todo el sistema de radares soviético para aterrizar suavemente en plena Plaza Roja. Sí, ahí mismo frente al Kremlin, su Cessna era un hermoso y despistado albatros que alegaba haber perdido su ruta hacia Estocolmo. La prensa occidental hizo el respectivo jolgorio y los rusos tuvieron que contraatacar mediáticamente para recomponer su orgullo mellado, sacando del baúl la historia del U2 capturado décadas antes. Y por supuesto que hubiera sido mejor que el Kremlin promocionara un concierto de los U2 irlandeses! Así al menos se hubieran curado en salud con una risotada posmoderna.

En 1943, Otto Skorzeny (otro díscolo alemán), asume la tarea de rescatar a Mussolini de su cárcel domiciliaria en el Gran Sasso, un peñón inexpugnable de los altivos apeninos, pero... no tan altivos como el Estado Mayor Aliado que vio como Skorzeny aparecía en un lugar donde los cálculos aseguraban que cualquier aterrizaje era imposible, y así, sin más, sacaba el paquete y se marchaba de L`italia mascando candorosamente un delicioso salami de la guardia que aún no salía de su asombro.

Volando hacia otras latitudes, la memoria me pide -con angustia de niño que sueña con ser piloto- que no vaya a dejar de lado a los atrevidos Tigres Tamiles de Sri Lanka, quienes, llegando a tener su propia fuerza aérea, mandaron dos aviones sobre Colombo y bombardearon el aeropuerto internacional, dejando con hipo a mundo y reymundo y con taquicardia a los operarios de los radares.

Bueno, para no ir tan lejos -y para que tanto vuelo no termine de marearnos, hay que darle oportunidad a una hazaña en solitario de uno de nuestros heroicos pilotos hondureños: el en aquel entonces Teniente Walter López Reyes, quien subiendo a su Corsario con el pecho inflado, se elevó en busca de los Mustang salvadoreños; buscó y buscó y se perdió sin entrar en combate, iendo a aterrizar a una plantación bananera de Guatemala, donde sus vecinos aún conservan algunos tornillos sueltos y fotos emocionadas junto al héroe.

Y es que estos héroes de la Fuerza Aérea Hondureña tienen muy buen sentido del humor y un gran amor sin sentido por la fanfarria de los motores. Cuando celebran sus aniversarios (Día del piloto heroico, Día de la Gesta sobre el Río Goascorán, Día de la llegada de los F-5E, Día del barrilete, etc), sacan a volar hasta el primer biplano que bombardeó la casa de Chinda Díaz en 1924; despliegan sus jets de la guerra de Korea, sus Tucanos CP (CazaPresidentes) y terminan con el cierre de sus estelares F-5E, los mismos que han permitido la coladera de las narco-avionetas que surcan nuestros cielos cada semana.

A mi modo de ver los F-5E son tan pero tan veloces que cuando se van detrás de una narco-avioneta pasan de largo y les cuesta regresar a las coordenadas previstas… cuando regresan por la presa, esta ya ha caído allá, por el Patuca.

Lo mismo les habrá pasado con la avioneta que sobrevoló Tegucigalpa al filo de la medianoche de ayer jueves 12 de noviembre del año de nuestro señor 2009.

Al dejar caer su par de bombas sobre las bodegas del INFOP donde el Tribunal Superior Electoral guarda las urnas electoreras, los F-5E no afinaron los frenos y fueron a dar a Amapala, y fue así que, la avioneta insolente, se despojó de sus ingenios termobáricos destinados a hundir para siempre la democracia hondureña.

Estoy seguro que, pasados los años, y cuando la dictadura entretenga su vacío podando el jardín de la senilidad, alguien de la Fuerza Aérea Hondureña querrá sacar provecho del papelón que le hizo pasar a la institución castrense aquella avioneta que se fue encima de la inteligencia militar (¡vaya recurrencia!), y propondrá apropiarse del hecho como una gesta más de la historia aérea de la nación, aduciendo que tal gesta pasa a sumarse a la lista donde refulgen los nombres de Mathias Rust, Otto Skorzeny, el desconocido piloto tamil y una que otra canción de Bono, el de U2.

Mientras tanto, Micheletti ha ordenado la construcción de un gran bunker para la que democrática ciudadanía se proteja de los enemigos de Honduras. En el Cerro Juana Lainez se monta una batería anti-aérea y, para complemento defensivo, se comienzan a distribuir “cuetes de vara” entre la población. Sin duda, nos esperan largas noches de terrorífico suspenso.

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La cuarta… razón para no votar

Por Alex Darío Rivera M.*

Siempre había tenido la certeza de que los hondureños y las hondureñas padecíamos de amnesia crónica, una enfermedad que por los altos niveles de incidencia, era de considerarse una pandemia nacional. Era tan severo el padecimiento, que la realidad objetiva del día a día a pesar de que ponía (aún lo hace) en evidencia las artimañas de los políticos tradicionales caracterizadas por la corrupción, el fraude, la demagogia, su vinculación al crimen organizado, el monopolio político, el abuso de poder, el enriquecimiento ilícito, el soslayo de los intereses colectivos, la violación a los derechos humanos fundamentales como la vida, la educación, la salud, la alimentación y la vivienda, continuábamos validando el sistema político que nos había hecho creer que la democracia representativa, era el modelo ideal para la búsqueda del bien común, pese al desconsuelo de que los hechos de la cotidianeidad, nos ponía en relieve un sistema capitalista injusto donde prevalecían (prevalecen) los intereses de unos pocos.

Las labias politiqueras continuaban (todavía siguen siendo, para algunos) siendo bien recibidas por los correligionarios del bipartidismo, quienes en cada asamblea, concentración o caravana hacían (aún lo hacen, algunos otros) flamear orgullosos las banderas de la estrella solitaria y las franjas rojo, blanco, rojo y, ante las tonadillas de la historia de los liberales y la de Callejas en los alto parlantes, rodaban conmovedoras lágrimas en remembranza a los abuelos y abuelas de quienes habían heredado esa tradición intergeneracional. Botar con votar, eran sinónimos en el lenguaje político de nuestros paisanos (todavía en el de algunos, cada vez menos), un ejercicio que se desarrollaba como un simple hábito cada cuatro años, una usanza que revertir –creía yo-, nos llevaría algunas generaciones más.

Esa era mi percepción, un tanto pesimista y desesperanzadora por lo que la realidad misma me mostraba, seguíamos yendo como vacas al destazadero a validar un sistema político a todas luces productor de injusticia, exclusión, pobreza, miseria y abandono, donde a los seres humanos se nos negaba (niega) hasta lo más inherente de nuestra condición: la dignidad. Esa consternación se vio modificada cuando me encontré con una estadística reveladora, en las elecciones del año 2005, el porcentaje de abstencionismo fue del 44.62%, esta cifra histórica era socializada por la clase política con preocupación, pero yo la recibí con un profundo regocijo, estábamos paulatinamente superando el adormecimiento, la amnesia comenzaba a ceder ante las groseras circunstancias sociales, económicas y políticas. Esa cantidad de paisanos y paisanas que no quisieron participar en ese proceso mostraban su rebeldía, su inconformidad con el sistema, la no validación a los vicios políticos partidistas, por tanto, el descontento popular era más que significativo.

Partiendo de esa lectura y de todas las groserías suscitadas a partir del 28 de junio, tengo la convicción de que en este proceso electoral del mes de noviembre, montado sobre la estructura de un gobierno de facto que arrastra todo tipo de delitos desde traición a la patria, secuestros, asesinatos, violaciones sexuales y a los derechos constitucionales, ese porcentaje de abstencionismo superará el 60%, lo que a todas luces significa que el gobierno que surja del mismo, carecerá de legitimidad, puesto que esa característica, solo la otorga el soberano, el pueblo, por mucho que pretendan inflar y maquillar –como lo harán- la población electorera.

A raíz de lo anteriormente enunciado, creo que existen cuatro razones fundamentales para no participar en este proceso electoral promovido por la oligarquía económica, política, religiosa y militar que mediante el obsceno golpe de Estado defenestró de la presidencia a Manuel Zelaya Rosales conteniendo –no eliminando- el proyecto de evolución democrática que surgió en el seno popular, y que ahora nos ofertan como espejos, un proceso de elecciones como solución a toda nuestra problemática.

1- En una objetiva encuesta por parte de una organización de mucha credibilidad, se informó que el 80% de la población hondureña confirma que lo ocurrido el 28 de junio en contra del Presidente Zelaya fue un golpe de Estado, admitir eso, significa considerar que ese grupo de poder vulneró la legitimidad institucional establecida en el Estado hondureño, es decir, las normas de sucesión en el poder vigentes con anterioridad, muy a pesar de la verborrea de “sucesión constitucional” que continúan alegando los hechores del golpe de Estado, sin tan siquiera existir ese término, en nuestra Constitución de la República. Aceptar lo anterior, es ampararnos en el artículo tres de nuestra Constitución de la República que enuncia: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que la constitución y las leyes establecen.

Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional.” En este sentido, no convenimos participar en el proceso de elecciones porque no debemos obediencia a un gobierno usurpador que quebrantó la Constitución y las demás leyes para defender los intereses de los grupos oligárquicos, esto más, el artículo sentencia que “los actos verificados por tales autoridades son nulos”, en este aspecto apelo a la coherencia, no podemos por un lado asegurar que fue un golpe de Estado y por el otro, validar lo que el gobierno de facto promueve, no vale la doble moral. Desde otra óptica, si nosotros legitimamos las elecciones participando, la comunidad internacional lo hará bajo esta lectura: si “lo hizo el pueblo, porque no nosotros”, y esa, es otra pretensión de los golpistas, reconocimiento del proceso -su método- por parte de los demás
países del hemisferio que ahora lo repudian.

2- No debemos olvidar – otra vez espantando un síntoma de amnesia -, que los grupos de poder que ahora están convocando a elecciones (empresa privada, jerarquías religiosas, medios de comunicación, militares, Congreso Nacional, Poder Judicial, Tribunal Electoral, Partidos Políticos Tradicionales (Liberales, Nacionalistas, Pinuistas y Demócratas Cristianos), entre muchos otros, sin olvidar que detrás, están los políticos de Washington), todos ellos, son los autores intelectuales y materiales del golpe de Estado, por tanto, los enemigos de la aspiración colectiva de un nuevo modelo de democracia más justo y equitativo, porque fue justamente a eso que le tuvieron fobia convirtiéndose en el factor que les motivó a propinarlo, por lo que si participamos en las elecciones debemos decir adiós a la iniciativa popular de la Asamblea Nacional Constituyente, éste no es un tema de interés de ninguno de los cuatro candidatos a la Presidencia.

En otras palabras, si estamos en desacuerdo con la crisis social, económica y política que estos grupos de poder nos han venido heredando desde hace muchos años, ir a elecciones sería ratificarlos en el poder y afirmarles a ellos que la pobreza, la delincuencia, la corrupción, la desnutrición, el analfabetismo, el hambre, el desempleo, la migración y todo el cuadro de dolor que la realidad nos pinta en la cara cada mañana que abrimos los ojos en la hondura de esta Honduras, no existe y, que éste es un paraíso en el que todos y todas estamos contentos y contentas.

3- Siempre el que paga la factura de los platos rotos, es el mismo, adivinó: el pueblo. En nuestro país la incidencia de delitos ha sido una de las más altas de América Latina, pero en el caso particular, en el marco del golpe de Estado a partir del 28 de junio, en Honduras se cometieron delitos por parte de los supuestos organismos que deben combatirlo y prevenirlo (Policía, Comisionado de los Derechos Humanos, Corte Suprema de Justicia, Ejército y el “Estado” en general) que esperamos que ni la amnesia ni la amnistía echen al olvido y menos al perdón.

Se asesinan compatriotas, violan sexualmente a paisanas que participan en la resistencia, torturan, golpean, disparan y aplican gases lacrimógenos a los que resisten olvidando que nadie debe ser sometido a penas o tratos crueles o degradantes (no se respeta la integridad física, síquica y moral), se prohibió hablar, escribir y publicar todo aquello que la censura no aprobara, se limitó la locomoción (estados de sitios y toques de queda), se negó el derecho a reunirse y manifestarse, clausuraron medios de comunicación que denunciaron los atropellos, la lista de transgresiones es más amplia, pero la pregunta continúa siendo: ¿Quién pagará la factura?.

De participar en el proceso de elecciones el pueblo, la respuesta es simple: la factura, la pagará el pueblo. El proverbio popular dice claramente: “Nadie se da con la piedra en los dientes”, por lo que claramente se lee: si los culpables de estas atrocidades cometidas a nuestro pueblo, son los mismos que ahora convocan a elecciones con toda la maquinaria propagandística y fraudulenta, participar en ellas, significa que les estamos perdonando y por lo consiguiente olvidando sus fechorías, diciéndoles que no son ellos los culpables de los asesinatos de nuestros mártires, que pueden seguir violando nuestras mujeres en las marchas, que está justificada la fuerza del garrote para someter al pueblo, que no nos importa que suspendan nuestros derechos constitucionales, pero no solo eso, les estamos certificando el permiso a estos grupos de poder para que ejecuten este modelo de golpe de Estado siempre que vean amenazados sus intereses mezquinos, sin olvidar, que también le daremos la razón a los cuarteles, los militares volvieron al circo, ahora con una maquinaria de matar e intimidar mucho más efectiva técnicamente gracias al apoyo de los Estados Unidos de Norteamérica.

Si nos incorporamos en el proceso eleccionario, les daremos la oportunidad que laven las manchas de sangre de sus “finas vestiduras”, la amnistía está a la vuelta de la esquina; “borrón y cuenta nueva”, piensan ellos, hasta el mismo religioso Evelio Reyes lo dijo en una declaración a Radio Progreso: “No lloremos sobre la leche (¿sangre?) derramada, todavía tenemos la vaca (¿Estado?)”.

4- Detrás de todos los golpes de Estado en América Latina, se han evidenciado los hilos de Washington y su política intervencionista siempre en función de sus intereses capitalistas y utilitarios. Dicha política ha estado dirigida a desunir, a desvincular a los países pobres de esta otra América que se extiende desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia (incluyendo la América Insular) con el propósito de aprovechar sus recursos naturales y fortalecer su voraz economía y altos niveles de consumismo. Hasta bien entrado el siglo XX, América Latina era un archipiélago de países (E. Galeano), habíamos establecido convenios comerciales con Estados Unidos, Francia, Alemania e Inglaterra, pero no con nuestros modestos vecinos, que más que vecinos somos hermanos, puesto que compartimos no solo una historia afín, sino un embrión genético y cultural común.

Nos han entrenado para el desamor, cumpliendo aquel viejo enunciado maquiavélico de “divide y gobierna”, tan útil señalar ahora que vemos las posturas de países como Colombia, Panamá y Canadá en contra de estas alianzas solidarias encabezadas –ahora- por países hermanos como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros, entre los cuales aún podemos mencionar el nombre de Honduras. Estamos acostumbrados al patrón del norte, a que él nos señale el camino, una senda que pese a toda la riqueza de nuestra América Latina (Cultura, Minas, Petróleo, Agua, Bosque, Mares, etc. etc.) seguimos transitando con el sufrimiento de una desgarradora pobreza como consecuencia de haber asumido convertirnos en el más grande proveedor de materias primas y vidas humanas a la economía de los países “desarrollados”.

Estos “nuevos vientos” de libertad que ahora soplan en nuestra América Latina, ha preocupado al imperio a tal punto que ha comenzado a promover su vieja táctica de golpes de Estado para posteriormente implementarlos –dependiendo del éxito de éste- en otros países de la “sub-América”, con ello también se han incomodado todas las oligarquías conservadoras serviles que aún habitan nuestras tierras y que piensan como los amos del norte, porque como amos, han sometido a la mayoría de sus paisanos a una pobreza tan severa, que nos ha obligado a buscar construir otros sueños, en un modelo que piense en los marginados, en los excluidos, en los sin voz, pero ese sueño, será cada vez más difícil de alcanzar, si le continuamos otorgando el privilegio de gobernarnos a esta oligarquía hondureña que ahora nos invita a enjuagar nuestra condena, ejerciendo el sufragio. Al fin y al cabo, para ellos, eso significa –exclusivamente- ser ciudadano, pero no así para un grupo de hondureños y hondureñas que resistimos con la certeza que algún día, nuestra querida Patria, dejará de continuar haciendo honor a su nombre.

*Alex Darío Rivera M: Educador, Promotor Cultural santabarbarense, Licenciado en Ciencias Sociales por la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”, autor del libro de poesía Introspecciones Extintas. E mail: alexdesantabarbara@yahoo.com.

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Honduras Lúcida

Por Diana Espinal Meza

"no todos somos ciegos, pero como cuesta mantener los ojos abiertos." (José Saramago)

Nunca había visto a mi pueblo más lúcido que hoy. La claridad y rapidez mental que ha tenido para comprender y explicar las cosas que nos han acontecido desde el 28 de junio (día del golpe de estado militar) son impresionantes: todos y todas saben, que en las pasadas elecciones del 2005 NO votaron por el Sr. Micheletti. Que lo ocurrido el 28 de junio en Honduras, fue un golpe de estado militar. Que la solución al conflicto actual está en retrotraer la situación al estado original del 27 de junio. Que en este momento no hay condiciones para realizar elecciones bajo un régimen de facto.

"Mal tiempo para votar, se quejó el presidente de la mesa electoral número catorce después de cerrar con violencia el paraguas empapado y quitarse la gabardina que de poco le había servido durante el apresurado trote de cuarenta metros que separaban el lugar en que aparcó el coche de la puerta por donde, con el corazón saliéndosele por la boca, acababa de entrar." Pues bien, con estas palabras José Saramago, nos presenta un espacio muy parecido al nuestro, en el ensayo sobre la lucidez, se acercaban las elecciones municipales, el PDM (partido del medio) PDD (partido de la derecha) PDI (partido de la izquierda) se aprestaban a una contienda electoral. Y se ven burladas por un derecho más viejo que la democracia misma, el derecho a saber la verdad, el derecho a pensar, el derecho a ejercer un pensamiento crítico y analítico que les lleve a juzgar y a tomar decisiones. Y eso, los asusta, más que una guerra, más que un atentado químico.

En esta novela Saramago, de entrada nos presenta una "Recia Tormenta" que reporta derrumbes e inundaciones por todas partes. "el presidente de la mesa electoral número catorce, estoy muy preocupado, algo francamente extraño está sucediendo aquí, hasta este momento no ha aparecido ni un solo elector a votar, hace ya más de una hora que hemos abierto, y ni un alma, sí señor, claro, al temporal no hay medio de pararlo." Los protagonistas son un comisario de policía y la mujer que conservó la vista en la epidemia de luz blanca, dan muestras de la altura moral que los ciudadanos anónimos pueden alcanzar cuando deciden ejercer la libertad.

En Honduras la tormenta que arrecia desde el fatídico 28 de junio se llama Golpe de Estado, acompañado de violaciones a los derechos humanos, y de provocaciones…una tras otra "las cloacas del poder se ponen en marcha: los culpables tienen que ser eliminados. Y si no se hallan, se inventan. Así como se inventan encuestas, proyecciones y metas.

Hay que estar alertas por si aparece mi gemela o gemelo dando un voto que no he dado. "Puede suceder que un día tengamos que preguntarnos ¿Quién ha firmado esto por mí?"

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