terça-feira, 8 de setembro de 2009

Hay una Honduras de antes
del Golpe y una después


Foto: Luis Mendes.
7 Septiembre 2009

El Frente Nacional de Resistencia está liderando la heroica batalla del pueblo de Honduras. Por 70 días consecutivos el pueblo de Honduras, proveniente de todos los sectores de la vida del país, está enfrentando una violenta represión por parte de los militares y la policía. Ellos, con una organización cada vez más desarrollada y perfeccionada, y muy coherente políticamente, continúan planteando sus demandas pacíficamente. Dichas demandas incluyen la restauración del orden constitucional en Honduras y el retorno del Presidente Zelaya. A medida que la situación evoluciona, cada vez hay más y más presión por una asamblea constituyente para reformar la constitución y la nación. Ellos están planteando que, independientemente de si Zelaya retorna o no, ello se ha convertido en el objetivo de la resistencia que están llevando a cabo.

Ahora que han sido convocadas las elecciones por los golpistas, el Frente Nacional de Resistencia ha llamado al boicot de las mismas. El no-reconocimiento de las elecciones, simultáneamente con el movimiento de masas en las calles por una nueva Honduras que continúa sin descanso, es una fase muy importante en la batalla. Sindicatos de obreros y empleados, grupos de activistas femeninos, campesinos, estudiantes, intelectuales y otros sectores de la sociedad están todos en el frente de batalla. Los golpistas hondureños tienen la esperanza de legitimar el golpe mediante la celebración de las elecciones.

Las fuerzas políticas no vinculadas con el régimen militar están uniendo fuerzas con el movimiento de masas. La Resistencia ha ganado mucho prestigio, lo que ha traído como resultado la adhesión de un amplio grupo de fuerzas políticas. Por ejemplo, el 18 de Julio (cerca de mes y medio atrás), en una entrevista con Raimundo López de Prensa Latina, el candidato presidencial (en esos momentos) por el Partido de Unificación Democrática(UD) y actual diputado César Ham, declaró que hay una Honduras de antes del golpe y una después.

Su declaración, en pocas palabras, sintetizó la actual situación en Honduras y nos ofrece el contexto histórico. El UD se ha unido en las calles al Frente Nacional de Resistencia. De hecho, dos de sus líderes han sido asesinados por el régimen militar. El 31 de Agosto, de acuerdo a un reporte de Prensa Latina, Ham y otros miembros de UD confirmaron que ellos estaban boicoteando las elecciones. Otros sectores no tradicionales, e incluso algunos sectores tradicionales de las fuerzas políticas, están haciendo lo mismo. “El movimiento de base”, dijo Zelaya según The Nation (día 4 de septiembre) “tiene un solo propósito, la transformación de Honduras, incluyendo profundos cambios estructurales. Este movimiento es ahora muy fuerte. No podrá ser destruido.” El día 5 de septiembre, cuando la resistencia popular al golpe militar alcanza los 70 días, el Frente Nacional estaba analizando sus próximas acciones.

La Honduras post-golpe se ha unido al movimiento que se ha ido expandiendo como un reguero de pólvora a través de Suramérica, aún sin estar en este momento el presidente electo Zelaya en el país. Este movimiento de base suramericano representa un impulso a favor del poder del pueblo y en contra de las políticas neoliberales y la dominación de EE.UU. La meta es el uso de las urnas para llevar a cabo cambios radicales en sus respectivos países. La elección de asambleas constituyentes y la redacción de nuevas constituciones han tenido lugar ya en varios países como Venezuela, Bolivia, y Ecuador. Otros como Nicaragua, El Salvador y Paraguay, por sólo mencionar unos pocos, han tomado la vía para re-fundar sus naciones. Cuba es la pionera, aún cuando el cambio tuvo lugar en condiciones históricas completamente diferentes por diferentes medios. El triunfo de la Revolución en 1959 y la transformación revolucionaria que trajo como resultado, tiene sus raíces en las tradiciones mambisas del siglo XIX. Entre esas tradiciones, la del pueblo escribiendo sus propias constituciones como una República en Armas, incluso mientras que Cuba era aún una colonia de España.

Honduras era conocida como un ejemplo de lo que EE.UU describe despreciativamente y arrogantemente como una república bananera. Honduras es la tercera nación más pobre de Suramérica y del Caribe. Honduras cuenta con un alto índice de analfabetismo como sucedía en Bolivia antes de la elección de Evo Morales y la reformulación de su sistema político. Sin embargo, es ahora ese pueblo de Honduras quien está dando lecciones a Washington acerca de lo que necesita, que es una nueva y moderna constitución.

La situación económica y política en los EE.UU es tan mala que teniendo en cuenta su inmensa deuda externa, algunos comentaristas estadounidenses se refieren a los EE.UU, en tono irónico por supuesto, como una república bananera. Los EE.UU fueron escenario de dos fraudulentas victorias electorales bajo el poder de la familia Bush. ¿Cómo es posible que un programa de reformas al sistema de salud resulte en una nación dividida entre los ciudadanos, al mismo tiempo que el ala de la extrema derecha de oposición al nuevo esquema de salud amenaza con una ola de violencia? Aunque en teoría la esclavitud y la discriminación racial oficial ha sido eliminada a favor de los derechos civiles, el racismo no sólo sigue presente crudamente, sino que se incrementa en esa sociedad. Los estadounidenses de origen latino son en número creciente víctimas de ataques racistas de los grandes medios que permean la sociedad. El racismo está institucionalizado. Incluso el Presidente Obama es víctima de amenazas e intentos de intimidación por parte de la derecha racista. A pesar de que hubo un movimiento para acusar y solicitar la destitución (el “impeachment”) del ex vicepresidente Cheney (algo que nunca pudiera llevarse a cabo) por crímenes de guerra y mentir a sus ciudadanos llevándolos a una guerra, ahora aparecen rumores de que Cheney podría ser candidato a las elecciones presidenciales en el 2012. Si Cheney resulta ser solo un no-candidato, él es en definitiva quien lidera en estos tiempos el retorno a la política de la era Bush. El Washington Post apoya abiertamente las torturas y coincide con las posiciones de Cheney. La historia completa del 11 de Septiembre está aún por revelar por parte del gobierno de los EE.UU. Los EE.UU son los mayores proveedores de armas y de drogas del mundo. Todo esto y mucho más tienen lugar en un pantano turbio, que incluso conformidad y la violación de la Constitución de los EE.UU.

Los pueblos del sur están avanzando. ¿No tendrán en cuenta los sectores más progresistas y visionarios de la sociedad de los Estados Unidos este movimiento para plantearse reflexionar sobre la necesidad de una nueva Constitución en los EE.UU, que asegurara a los ciudadanos el control sobre sus destinos y sobre a la política internacional? Esta misma interrogante es aplicable a otros países del norte.

El pueblo de Honduras, por su parte, está ciertamente por una asamblea constituyente y una nueva constitución: una justicia poética para los habitantes de la “república bananera”. Durante el período previo al golpe, el presidente Zelaya había guiado dirigido a su pueblo a una nueva situación. Por ello él fue derrocado. Sin embargo, en la Honduras post-golpe, el país ha cambiado. El movimiento desde el 28 de junio es mucho más profundo y va más allá que la Honduras pre-golpe. Este país ahora más que nunca es parte del vasto movimiento en Suramérica por una nueva política económica anti-neoliberal y nuevas instituciones políticas, y en contra de la dominación de los EE.UU, del pillaje de sus recursos naturales y la instalación y extensión de bases militares. En un futuro cercano, Honduras tendrá sus altas y sus bajas, pero a largo plazo, la tendencia es irreversible - como mismo lo es a lo largo y ancho de todo el Sur que hoy se levanta.
Fonte: Cuba Debate.

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Frente Nacional de Honduras
fortalece estructuras de resistencia

Tegucigalpa, 7 sep (PL) El Frente Nacional contra el golpe de Estado de Honduras inició hoy un proceso de estructuración hasta los caseríos y aldeas para fortalecer la lucha popular contra el golpe militar de junio pasado.

La decisión fue adoptada en la primera asamblea nacional del Frente, con la participación de centenares de delegados de los 18 departamentos del país para consolidar esa vasta alianza de fuerzas progresistas.

Se trata del primer esfuerzo por dar bases teóricas mínimas y organicidad a una agrupación surgida pocas horas después de la asonada castrense de manera espontánea y que ha dirigido la resistencia durante 72 jornadas consecutivas.

Los delegados ratificaron sus demandas de restitución del orden constitucional y del presidente Manuel Zelaya y la convocatoria a una asamblea nacional constituyente, "popular, participativa, incluyente y democrática".

Confirmaron también el desconocimiento activo del proceso electoral del 29 de noviembre próximo si es organizado por el régimen que asumió tras la interrupción del estado de derecho.

Tras los debates de unas tres horas, los delegados aprobaron 14 acuerdos, entre ellos los lineamientos generales de la organización y acciones antigolpistas a nivel nacional la semana próxima.

En uno de los documentos aprobados el Frente se define como "una organización de carácter unitario, democrático, diverso, participativo y transformador".

Está estructurado a nivel nacional, con amplia representación de la hondureñidad y busca defender sus derechos en forma pacífica y activa, su dirección es horizontal y su accionar colectivo, añade.

Nosotros no queremos caudillos, sino una organización democrática, con una dirección horizontal, dijo el diputado suplente Tomás Andino, del Partido Unificación Democrática, quien expuso las propuestas de estructura del Frente.

Los delegados decidieron mantener la dirección colegiada, a la cual se sumarán dos representantes por cada departamento -elegidos la tarde de ayer- y designar enlaces con las regiones del país.

En un período de tres meses acordaron dar prioridad a la organización y consolidación de todas las estructuras del Frente a nivel nacional, barrios, colonias, departamentos, municipios, aldeas y caseríos.

En una demostración del particular estilo de las reuniones del Frente, tras la adopción de los acuerdos, no hubo los típicos discursos de clausura, sino un breve espectáculo musical que algunos aprovecharon para bailar.

Fonte: Prensa Latina/lac/rl.
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NO HAY CONDICIONES MÍNIMAS PARA LA CELEBRACIÓN DE ELECCIONES LIBRES EN HONDURAS

Observatorio Internacional sobre la situación de Derechos Humanos en Honduras

Comunicado No. 1

El Observatorio Internacional sobre la situación de Derechos Humanos en Honduras manifiesta que en este país no hay condiciones mínimas para celebrar elecciones libres, en particular por las graves violaciones de derechos humanos cometidas como consecuencia del golpe de Estado. Dado este panorama, sostenemos que no existe una garantía que todos y todas las hondureñas podrán ejercer sus derechos políticos en forma segura y sin intervenciones ilegítimas.

Desde el pasado 1 de septiembre inició oficialmente el período de campaña en Honduras con miras a la celebración de las elecciones nacionales el próximo 29 de Noviembre. Este período inicia en el marco de la existencia de un golpe de Estado que ocurrió el 28 de junio anterior cuando las Fuerzas Armadas hondureñas en connivencia con otros órganos estatales decidieron expatriar violentamente al Presidente Manuel Zelaya Rosales y romper el orden constitucional en este país.

Este hecho fue condenado en forma unánime por la comunidad internacional y tuvo como una de sus consecuencias que el día 4 de julio del 2009 la Organización de Estados Americanos aplicara el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana y suspendiera al Estado de Honduras en el ejercicio de sus derechos de participación dentro de la organización. Actualmente el gobierno de facto del señor Micheletti se encuentra aislado políticamente.

En este contexto de ilegalidad no es posible llevar a cabo elecciones libres. No sólo porque las mismas se convocan por un gobierno ilegítimo sino porque no existen otras garantías indispensables para el ejercicio de los derechos políticos por parte de la población. De acuerdo con el artículo 3 de la Carta Democrática Interamericana “son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

La Comisión Interamericana ha señalado que el sistema democrático y la vigencia del Estado de derecho son cruciales para la efectiva protección de los derechos humanos y que, en contraposición, la plena garantía de los derechos humanos no es posible sin el reconocimiento efectivo e irrestricto de los derechos políticos. Por su parte, la Corte Interamericana en la Opinión Consultiva 8 señaló que “en una sociedad democrática los derechos y libertades inherentes a la persona, sus garantías y el Estado de derecho constituyen una tríada, cada uno de cuyos componentes se define, completa y adquiere sentido en función de los otros”.

En Honduras no se respetan ni garantizan los derechos humanos de un sector de la población. Tal y como fue constatado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hay “un patrón de uso desproporcionado de la fuerza pública, detenciones arbitrarias, y control de la información dirigido a limitar la participación política de un sector de la ciudadanía, que tuvo como consecuencia la muerte de por lo menos cuatro personas, decenas de heridos, miles de detenciones arbitrarias, cierre temporal de canales de televisión y amenazas y agresiones a periodistas.”

Por su parte, el Relator Especial sobre Libertad de Opinión y Expresión de Naciones Unidas afirmó “que en Honduras no existe la libertad de expresión para comentar los hechos de cada día ni para criticar a las autoridades de facto, ni para condenar el golpe de estado”, a su vez cuestionó en su informe la legitimitad de “una campaña electoral con un régimen de facto en el que no existen garantías plenas para el ejercicio de la libertad de organización y expresión, en el que no existe el derecho a la información y en el que no se sabe quién ejerce realmente el poder”.

En Honduras tampoco están funcionando adecuadamente las garantías de protección de los derechos. Ni la Corte Suprema de Justicia ni el Ministerio Público están cumpliendo con su mandato constitucional, sus actuaciones no sólo han respaldado y fortalecido al gobierno de facto sino que además se ha dejado a un sector de la población sin acceso a ningún tipo de protección judicial.

Por otra parte, es evidente que el gobierno de facto organiza estas elecciones como mecanismo para legitimar sus actuaciones, y así garantizar la impunidad por los delitos políticos y violaciones de derechos humanos comentidos tras del golpe de Estado. La estrategia de este gobierno es obtener más tiempo, consolidarse en el poder y seguir obstruyendo el Acuerdo de San José con miras a lograr que la comunidad internacional reconozca los resultados de las elecciones en noviembre.

Así, la única forma de obligar al gobierno de facto a regresar a la mesa de diálogo es mediante el mensaje unánime de la comunidad internacional señalando que no reconocerán los resultados de dicho proceso electoral.

En este sentido, el Observatorio Internacional sobre la situación de derechos humanos en Honduras celebra la posición expresada públicamente por los países de la UNASUR, y más recientemente por el gobierno de los Estados Unidos de América, en cuanto a que no reconocerán los resultados de las elecciones que están siendo convocadas por el gobierno de facto.

A la vez, hacemos un llamado vehemente al resto de la comunidad internacional, en particular a la Unión Europea para que envíen un mensaje claro de rechazo a estas elecciones y se tomen las medidas pacíficas que sean necesarias para restablecer el orden constitucional en Honduras.

El Observatorio Internacional sobre la situación de derechos humanos en Honduras es un esfuerzo conjunto de varias organizaciones de derechos humanos de América y Europa que surge como resultado de la visita celebrada por una Misión Internacional de verificación y debido a la necesidad de realizar un monitoreo y denuncia permanente sobre las violaciones de derechos humanos que ocurren como consecuencia del golpe de Estado en dicho país.

Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH)
Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL)
Iniciativa de Copenhaguen para Centroamérica y México (CIFCA)
FIAN Internacional
Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo
(PIDHDD)
Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES-Colombia)
Suedwind-Austria
IBIS - Dinamarca
Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José
Simeón Cañas (IDHUCA-El Salvador)
Asociación Pro Derechos Humanos de Perú (APRODEH)
Instituto de Estudios Políticos sobre América Latina y África (IEPALA-España)
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú
Servicio Paz y Justicia (SERPAJ-Uruguay)
Alianza Social Continental
Enlazando Alternativas
Solidaridad Mundial-Belgica
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Estafeta

Sacaremos a ese
buey de la barranca


Víctor Manuel Ramos

Casi en el mismo momento en que el Presidente Manuel Zelaya Rosales toma posesión de su cargo, surge su quiebre con quienes se han considerado los dueños de este país. En el instante de dar su discurso inaugural, el Presidente Zelaya, en vez de leer el texto que le coloca en el podio su edecán y que le ha preparado uno de los presuntos dueños de Honduras, toma los papeles, los coloca en el bolsillo de su saco y dice al pueblo hondureño lo que él quiere decir, sobre todo para afirmar su decisión de dirigir un gobierno destinado a rescatar a la patria para ponerla al servicio de todos los hondureños, sin distinciones.

Empieza, entonces, una campaña mediática destinada a desacreditar todo lo que dice y hace el gobernante, sobre todo aquellas acciones encaminadas a impulsar una verdadera justicia social en el país, su asociación con Petro Caribe, su ingreso al ALBA, su intervención para regular los precios de los combustibles, sus encuentros frecuentes con los hondureños olvidados por todos los políticos, el aumento al salario mínimo y otras medidas populares.

De esta suerte, toda la administración del presidente Zelaya transcurre en el escenario de la confrontación con los oligarcas, asustados porque sienten que se les escapa la posibilidad de seguir metiendo la mano en los asuntos públicos, fundamentalmente en las arcas nacionales.

Es en este escenario de tergiversación de la verdad, en donde la prensa en manos de esta camarilla, comienza a querernos asustar al sostener que todas las medidas emprendidas por el Presidente Zelaya se encaminan a enemistarnos con el socio natural de este país, Los Estados Unidos de América, y que por tales medidas, se perderán las remesas, no prorrogaría el TPS, que se nos quitaría la ayuda económica, etc.

El presidente Zelaya resistió con temple inusual todas estas acusaciones, demostrando que en verdad las relaciones con Los Estados Unidos estaban cada vez más fortalecidas. Y, siguiendo la línea de su pensamiento político, Zelaya propone la idea de una nueva Constitución en la que se recojan las tendencias vigentes en el mundo, para que el pueblo hondureño, en su totalidad, pueda ser el responsable de su destino y que se ponga fin, de una vez por todas, al manejo de la patria por los grupos fácticos que solo han aprovechado el poder político para satisfacer sus intereses de grupo y personales.

En consonancia con esta idea, Zelaya plantea la realización de una consulta al pueblo para que éste, por vez primera, opinara sobre si, en las elecciones de noviembre, se instalaba una urna y decidiera si se convocaba o no a una Asamblea Nacional Constituyente. Y esa fue la gota que desbordó el vaso. De inmediato, la oligarquía pasó a la planificación y ejecución del golpe de Estado militar.

Craso error el del desobediente, deliberante y político Romeo Vásquez. Pensó que bastaba un solo pronunciamiento de los militares para que el pueblo hondureño aceptara estoicamente los hechos. Y digo que se equivocó porque a partir de ese instante, el pueblo se enteró de que el golpe de Estado estaba destinado a impedirle opinar e impedir la transformación del país para convertir al Estado en un ente realmente preocupado por el porvenir de todos los hondureños dentro de una política de equidad y justicia.

Se equivocó también, palmariamente, el agorero que profetizó la caída del Presidente Zelaya porque lo que han logrado los golpistas es convertirlo en un auténtico líder nacional, con capacidad de movilizar, a pesar de estar expatriado a través de una violación de la Constitución que dijeron defender los salteadores del poder, a los hondureños en todo el país y, al mismo tiempo, lo han convertido en una figura mundial que se reúne con todos los presidentes de América, incluido el Presidente Obama y que ha recibido el respaldo casi unánime de la colectividad del globo terráqueo. A diferencia de Micheleti quien no tiene casi ni opción de salir de su encierro del palacio presidencial más que para encabezar una marcha contra Hugo Chávez, -mientras el mandatario venezolano se entrevista con los Presidentes de Libia, Irán, Rusia y España- y del Ministro de Relaciones Exteriores, que es más bien Ministro del Interior porque no tiene relaciones con ningún país del mundo, incluido Taiwán.

Resulta que ahora, toda la tragedia que pronosticaban iba a ocurrir por las medidas del Presidente Zelaya se ha desencadenado, precisamente, por los actos de los golpistas, renuentes a acatar el reclamo del pueblo hondureño y de la comunidad internacional para que se retiren del gobierno y procedan a la reinstalación del legítimo Presidente de Honduras: se han desmoronado las relaciones con Los Estados Unidos y el mundo y estamos acorralados y aislados política y económicamente, lo que conducirá al país a la tragedia nacional.

Pero eso no les importa a los usurpadores del poder. Se resisten a abandonar lo que no les pertenece. Y pienso que es por miedo, por miedo a que el pueblo les lleve a los tribunales y les juzgue como traidores a la Patria. Y precisamente por ese miedo siguen los militares persiguiendo al pueblo, apaleándolo, destruyendo las televisoras y las radios que informan contra el golpe, encarcelando a los manifestantes y asesinando a quienes repudian sus acciones antidemocráticas. No se van porque le temen al pueblo que, por fin despertó y no le teme a los golpistas. Pero el pueblo hondureño les sacará, seguro estoy, como sacará al buey de la barranca.

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