quarta-feira, 23 de setembro de 2009

Un salvadoreño en Suecia denuncia
Ejercito de Honduras usa armas
electrónicas de última generación



Por Francisco Romero
Rebelión

El día de ayer, después del brutal desalojo de los miembros de la resistencia que habían llegado a defender al presidente Zelaya, algunos medios internacionales y nacionales mostraron un artefacto extraño montado en un trípode sobre una camioneta doble cabina Toyota con placas particulares -lo que es un detalle muy interesante que apuntaría a empresas privadas, muy probablemente de seguridad, como ya hay israelíes operando en el país- de forma circular, con forma de reflector, de aproximadamente un metro de diámetro y de un material gris claro, aparentemente conectado con otro dispositivo, con apariencia de bocina de alta potencia, como un gran twiter de color negro de forma rectangular y operado por personal del ejército, usando unas vistosas orejeras color naranja, dirigieron hacia la embajada de Brasil. Después de unos instantes se escuchó un agudo y fortísimo ruido, por el cual, las personas tuvieron que cubrirse inmediatamente los oídos para no sufrir por la acción del artefacto.

El recuerdo obligado son los altavoces instalados por los nazis en los guettos de Varsovia o cualquier otra ciudad o campo de concentración bajo la ocupación nazi durante la segunda guerra mundial. Pero la cosa no parece ser tan sencilla, como si fuera un aparato de guerra psicológica. La cosa parece más complicada. Habría que responder a muchas preguntas: ¿Qué clase de dispositivo es éste? ¿Es un generador de ultrafrecuencia o es otra cosa? ¿De donde vino? ¿Quién se lo proporcionó al ejército hondureño? ¿Con qué intenciones? ¿Quién dio la orden de usarlo? ¿Qué daños provoca a quienes se ven expuestos a su acción? ¿Es un dispositivo permitido de guerra electrónica? ¿O el uso de estos dispositivos es un crimen de lesa humanidad? Son estas y muchas otras preguntas las que deberán responder Micheletti, Romeo Vásquez y los jefes militares y policiales que han recibido ese equipo y que han decidido ponerlo en uso sin ninguna preocupación por las posibles consecuencias fatales para quienes sean expuestos.

Algo que arroja un poco de luz sobre este extraño asunto es una llamada recibida en radio globo, muy temprano esta mañana desde Suecia. Un salvadoreño que vive allá, informó de que eventualmente podrían estarse usando generadores de ultrafrecuencia, ultrasonido o de de microondas contra personas civiles. Si este es el caso, estaríamos ante un caso claro de crimen de lesa humanidad cometida por los militares. Es de conocimiento publico que los militares de paises del norte han desarrollado una serie de armamentos electrónicos de ultima generación que -no sabemos aun- si han sido usados en conflictos bélicos, pero que hay abundante documentación de su fabricación, forma como funcionan y efectos que producen en las personas.

Uno de ellos es el llamado “cañón de dolor” o “rayo de dolor” fabricado por la corporación Raytheon, una de las principales contratistas militares de varios ejércitos del mundo, especialmente del estadounidense, es solo un ejemplo. Cito de un sitio en Internet que nos explica mejor lo que es y como funciona este dispositivo.

"Éste es un VMADS (Sistema Activo de Negación Montado sobre Vehículo, según sus siglas en ingles) no es un arma letal, pero sí muy eficaz. Su munición consiste en haces de radiación electromagnética de 95 gigaherzios, frente a los 2.45 de un horno domestico de microondas, la persona que recibe el trallazo de energía nota una quemazón similar a la que sentiría si se aplicara una bombita sobre la piel, ya que las moléculas de agua de la epidermis impactada alcanzan una temperatura de 55ºC.”

“Desarrollado por el ejeército estadounidense, el cañón sirve en teoría para dispersar multitudes, aunque las voces criticas denuncias que todavía no se conocen del todo bien sus efectos secundarios.”

Así trabaja “El objetivo percibe una intensa sensación de quemadura que solo desaparece al salir del alcance del rayo. Las microondas viajan a la velocidad de la luz. La antena trasmite un haz invisible de energía electromagnética concentrada que calienta la piel hasta los 55ºC sin causar daño permanente. El sistema es efectivo a más de 750 metros. Los electrones se aceleran en una cámara de vacío, creando ondas de alta frecuencia. Las moléculas son sometidas a un “baile caliente”.

Es probable que algunas de estas armas estén siendo apuntadas a la embajada de Brasil. Si las usan en su contra pueden terminar asesinando o hiriendo seriamente a todas las personas que estén en el radio de acción de esas armas.

La pregunta obligada es ¿Quién está proporcionando armas electrónicas al ejército de Honduras? De nuevo, denuncias hechas a través de Radio Globo, nos dan pistas. Se denunció hace unos días que quien está entrenando y dirigiendo a las fuerzas represoras es un general retirado israelí. Nuevamente nos surgen muchas otras preguntas a partir de esta revelación. ¿Quién es ese misterioso general retirado israelí? ¿Qué intereses tiene en Honduras? ¿Qué conexiones tiene que puede acceder a ese tipo de material y “donarlo” o venderlo a un país como Honduras? ¿A cuenta de qué estaría proporcionando ese tipo de material?

Hace unas semanas concluyó un periplo de alto nivel del régimen israelí por Latinoamérica. Son claros sus intereses en la región cuando ve debilitada su posición internacional y su influencia en la geopolítica global. Esta puede ser una de las razones por las que -entre bastidores- estarían apoyando con asesores y equipos sofisticados al régimen golpista de Micheletti. Seguiremos investigando estas relaciones.

Fonte: Rebelión.

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3 comentários:

  1. me da verdadero asco la gente que fabrica,vende y utiliza estas cosas

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  2. Bendito Dios, donde estan los Defensores de los Derechios Humanos, hay que hacer algo por Amor

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  3. Y todavía creen que E.E.U.U. apoya a el presidente constitucional?? esa es la prueba de que apoyan las Dictaduras económicas y mediáticas, la ONU debe enviar los cascos azules antes que el sonido de un pueblo enardecido genere mas violencia y muerte

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