Gorilas hondureños celebran su día en sus guaridas

Asesinan y van a misa

Tegucigalpa, 3.10.2009. Foto: El Heraldo.

AFP. | 3 octubre del 2009

Unos 12.000 miembros de las Fuerzas Armadas de Honduras conmemoran este sábado el día del soldado, sin las festividades y pompas de costumbre, debido a la crisis derivada del golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya.

En ceremonias internas, los comandantes de unos 30 batallones de las tres ramas (Ejército, Naval y Fuerza Aérea) celebran con algunos de sus soldados la fecha, que les fue dedicada desde 1942.

Normalmente, los militares hondureños celebran el día, que es feriado nacional, con desfiles en los que exhiben sus armamentos: el Ejército desfila con sus fusiles, piezas de artillería y tanques blindados, la Naval con sus embarcaciones sobre plataformas rodantes y la Fuerza Aérea vuela sus aviones.

"Hoy sólo tenemos las ceremonias privadas en la Academia Francisco Morazán y en las diferentes unidades a nivel nacional, tenemos que estar en apoyo de la Policía por esta situación que estamos viviendo", afirmó el portavoz de las Fuerzas Armadas, teniente coronel Ramiro Archaga.

"Cuando casi toda la familia hondureña se ha divorciado o, mejor dicho, se ha separado por situaciones políticas, hay una institución que se ha mantenido fuertemente unida, son las Fuerzas Armadas", afirmó en una ceremonia el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Romeo Vásquez.

Desde que sacaron del poder al presidente Manuel Zelaya, la madrugada del 28 de junio, los militares respaldan a la Policía en los retenes en diferentes partes del país, pero especialmente en la capital, sometida a una fuerte convulsión social.

El presidente de facto, Roberto Micheletti, convocó al alto mando y a la Guardia de Honor Presidencial, asignada a la Casa de Gobierno, a un almuerzo en la conmemoración del Día del Soldado.

El general Vásquez, la Junta de Comandantes y otros altos oficiales estuvieron en una misa en la Academia General Francisco Morazán en la zona de Mateo, 10 km al noroeste de la capital.

La misa fue oficiada por el obispo auxiliar de Tegucigalpa, Juan José Pineda, quien auspicia un diálogo entre el gobierno de facto y Zelaya, esfuerzo que ha estado manteniendo sin informar de los resultados.