domingo, 18 de outubro de 2009

Los diálogos de la muerte

Por Ronnie Huete

Tegucigalpa 18 de oct (PL) - Se aproxima la tercera ronda de negociaciones en medio de la muerte del dirigente sindical Jairo Sánchez.

Sánchez perteneció al Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional de Formación Profesional (SITRAINFOP).

Este líder popular participó en una de las manifestaciones pacificas que se desarrollo en unos de los barrios populares de la ciudad capital, sin embargo la actividad fue reprimida por elementos policiales quienes dispararon a quema ropa a los protestantes.

Sánchez resulto herido de bala y fue llevado a un centro asistencial en donde pereció, debido a la gravedad de la lesión, que recibió días atrás.

Otro mártir se suma como producto del fascismo ejercido por el régimen de Roberto Micheletti, quien obedece a los mandatos de los que financian esta ola de violencia policiaca y militar en contra de quienes resisten aceptar a un gobierno espurio.

La planificación macabra de asesinar al pueblo se efectúa en las residencias lujosas situadas en el Hatillo o en las Lomas del guijarro, en donde habitan las inescrupulosas 10 familias que favorecen los actos inhumanos.

El temor que rodea a esta seudo burguesía hacia las grandes masas, aglutinadas en el Frente Nacional en contra del Golpe de Estado, es latente y no pueden dejar desapercibido un día de organización represiva.

Seguramente la experiencia policiaca de Oscar Álvarez sobrino del asesino Gustavo Álvarez Martínez, es un atenuante que transmite atrás del escenario sangriento a los altos jerarcas militares.

Estar detrás de las violaciones de los derechos humanos en Honduras, es una táctica política que este ex ministro de seguridad y cuadro político del ex presidente de Honduras Ricardo Maduro Joest, sabe utilizar para no manchar su nombre, puesto que aspira una diputación.

Este aspirante a político junto a su amigo Ricardo Álvarez han intentando sabotear las manifestaciones pacificas para avalar la represión irracional de la milicia o policía.

No es en vano, que la admiración de Oscar Álvarez hacia su tío no haya calado en sus frívolas actuaciones de establecer una operación silenciosa de muerte y tortura, como sucedió en la renacida década de los ochentas.

Las enseñanzas de su fuente inspiradora ya están en práctica y de nuevo han resurgido las acciones selectivas de asesinato, secuestro y toda una ideología carroñera que acostumbran a perpetuar en defensa de sus intereses millonarios.

Por tal motivo su principal asesor económico Ricardo Maduro le adiestra en su filosofía de explotación maquiavélica a costa de la vida de un ser humano, si así lo requiriese.

Maduro, cuya amistad inseparable con el ex presidente Rafael Callejas, es una asidua visita en las reuniones que realiza Callejas en su mansión, seudo europea ubicada en el Hatillo.

Todo este clan que también se agrupa en el “club de coyolito” en el sur del país, aplauden victoriosos sus acciones golpistas, en sus extenuantes platicas y borracheras sin embargo una vez acabado el efecto del licor, vuelve su preocupación ante el poder popular.

La resistencia que por más de tres meses exige en las calles la instalación de una Asamblea Nacional constituyente mediante el reintegro del presidente Manuel Zelaya, está dispuesta a no claudicar hasta ver cumplida su exigencia.

La muerte de un revolucionario no podrá aniquilar el proceso de revolución latinoamericana cuya sede, es Honduras.

Los diálogos de la muerte que se ventilan en los pasillos de la burguesía, ya son inútiles puesto que el tiempo le pertenece a la clase explotada, hoy reconocida mundialmente como la vanguardia de la esperanza de los cambios sociales.

Jairo Sánchez inmortalizó su nombre en los libros de la historia que su pueblo escribe.

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