domingo, 25 de outubro de 2009

Honduras:
Los traidores de afuera
y los de adentro

Por Ricardo Arturo Salgado

La posición de los golpistas de retener el poder por la fuerza gana espacio gracias a las habilidosas maniobras de Lewis Anselem en la OEA, que cuenta con el silencio cómplice de varias naciones latinoamericanas que apoyan la acción “preventiva” y “quirúrgica” llevada a cabo en Honduras. José Miguel Insulza, sabiendo que los golpistas nunca han tenido intención de darle espacio a dialogo alguno vocifera que se debe seguir con la payasada de San José.

Ante la patética e indigna acción de la OEA se suma la actitud sorda de la ONU. Está claro que cuando un país es demasiado pequeño, las Naciones Unidas prefieren que el imperio arregle su traspatio a su conveniencia. Se han documentado muchos casos de crímenes de lesa humanidad, violaciones a los derechos humanos, y este organismo mundial muestra que solo sirve para agredir a pueblos indefensos, como lo ha hecho en Haití, Irak, Afganistán, y tantos mas.

Según estos inservibles órganos parásitos de los pueblos del mundo, Micheletti tiene carta libre para seguir haciendo lo que a el se le ocurra. Son tan pusilánimes que incluso se dan el lujo de venir a que los regañe, y después lo llaman al dialogo. Al menos nos han mostrado lo que los pueblos dignos del mundo no debemos hacer: ponernos de rodillas frente a la ilegalidad, la ilegitimidad, las obscenas posiciones de las oligarquías.

Sin embargo, no todo es tan favorable a la impunidad de los fascistas y los bufones que los entretienen. La resistencia popular es fuerte, poderosa e inquebrantable. Hay algo que muchos no entendieron nunca; es que el pueblo no marcha ni se organiza por un pago. Los servicios de “inteligencia” les dicen a sus jefes que “ya se les va a acabar el dinero y no podrán seguir...”. Este error lo cometieron en todas partes donde tuvieron algo que ver, desde Vietnam, hasta el propio Irak. En todos lados el imperio tuvo lacayos que, como aquí, le daban datos calculados sobre el valor por el que ellos mismos se venderían, los resultados son muy claros.

Ahora bien, los hondureños valientes que marchan en busca de la libertad no deben olvidar que siempre hay traidores que buscan únicamente su conveniencia personal o de grupo. Hoy se escuchan voces que claman (de hecho han venido clamando) arreglo a costa de lo que sea y elecciones pase lo que pase. Hoy me he decepcionado mucho con la declaración de los candidatos del Partido Liberal de Honduras “leales” a Manuel Zelaya, poniéndole un nuevo ultimátum a Elvin Santos Ordoñez, candidato golpista de este partido, responsable directo de los muertos, las violaciones, las torturas de los gorilas militares contra la población indefensa, para que pida la restitución del presidente Zelaya???????.

Es casi seguro que muchos de estos candidatos al final van a decidir participar en elecciones sin importar la institucionalidad del país, y terminaran por reconocer el golpe, y legitimar las atrocidades del gobierno espurio. No se puede esperar nada de esta gente, lejos de eso hay que tenerles mucho pero mucho cuidado. No en balde ellos se resisten a una mayor organización dentro de la resistencia.

Y es que estos “inversionistas” de la política temen por sus posiciones ventajosas y las regalías que resultan de participar en estas lides. El partido Liberal ha estado plagado de traidores desde hace mucho; ya en 1963 los padres de varios funcionarios públicos del régimen de facto traicionaban a Modesto Rodas Alvarado, y se plegaban al golpe de Oswaldo López Arellano; ejemplos claros de estos Marta Lorena Alvarado, hija de Alvarado Puerto, Carlos Roberto Flores, hijo de Oscar Flores, Gabriela Núñez hija de Amado H. Núñez, y muchos mas, con linaje de traidores.

La derecha ha sido muy fuerte desde el golpe del 63 en este partido. No es raro que hayan sido gobiernos liberales los que literalmente Alquilaron la república de Honduras en los años 80, para agredir a los pueblos de Nicaragua y el Salvador. Difícil es olvidar la masacre del Rio Sumpul, por el que nunca este partido de la vergüenza ha pedido perdón a los familiares de las victimas en ese hermano país. Tampoco se pueden olvidar las mentiras de Edgardo Paz Barnica (QDDG), canciller de Suazo Córdoba, promotor de la contra nicaragüense.

Micheletti mismo es parte de esa camada de alimañas que tanto dolor y deshonor le han traído a nuestra patria. Hoy, nuevamente las fuerzas populares de Honduras tienen que ver como la posibilidad de una nueva traición de la dirigencia liberal aumenta a medida pasan los días. A pesar de que el presidente se inmola dentro de una embajada donde se ha convertido en el primer preso político de la dictadura.

Debe quedar claro que el movimiento popular hondureño y sus candidatos a puestos de elección popular han antepuesto el mas alto interés del pueblo a cualquier aspiración partidaria, y han manifestado con claridad meridiana que si no hay restablecimiento de la institucionalidad no participaran del proceso electoral.

Debemos plantearles estas realidades a los compatriotas que han simpatizado con el partido liberal para que exijan a sus dirigentes, firmeza, convicción y compromiso a sus líderes en esta negra hora que le toca vivir a nuestra Honduras. A final de cuentas, todos somos hondureños antes que otra cosa. Hoy no podemos ser indiferentes ante estas traiciones y agravios con que algunos o muchos oportunistas castigan al digno pueblo de Morazán.

Se debe marcar al golpista, pero se debe ser mucho mas implacable con los traidores. Nadie, ningún dirigente, debería creer a esta altura que puede traicionar y ganar una posición. Todos los traidores deben de antemano saber que su camino inequívoco es la derrota, mas allá de la misma ignominia de los golpistas.

Las dos voces que lideran, sin lugar a duda, al pueblo hondureño son el Presidente Manuel Zelaya y el Frente Nacional de Resistencia, todos estamos obligados a seguir las directrices que estos nos marcan para combatir las oscuras fuerzas de la derecha continental y al imperio, cualquier línea diferente debe revisarse con cuidado y denunciarse como traición.

Hoy está sobre la mesa el futuro de todos nosotros, y de las generaciones por venir, no podemos exponer nuestras opciones de libertad por culpa de la ambición de unos cuantos. No es ni remotamente aceptable que se pongan a trabajar en política cuando estamos en medio de esta crisis.

La resistencia debe seguir fortaleciéndose, ganando espacio, luchando por lograr los objetivos que nos hemos planteado, por los que hemos derramado la sangre de nuestros caídos. Todo lo demás seria imperdonable.

*

Niegan apoyo al candidato liberal
a la presidencia de Honduras
Aspirantes a diputados amenazan
con no participar en
comicios si no vuelve Zelaya


La Jornada/Afp y Reuters

Domingo 25 de octubre de 2009

Tegucigalpa, 24 de octubre. Candidatos a diputados y alcaldes del Partido Liberal de Honduras, que se reunieron hoy con más de 3 mil activistas, amenazaron con no participar en las elecciones del 29 de noviembre si no se le restituye la presidencia a Manuel Zelaya.

La diputada Carolina Echeverría informó que unos 18 diputados propietarios y ocho suplentes del actual Congreso unicamaral rechazan apoyar al candidato de su partido en las elecciones de noviembre, Elvin Santos, "si no se restituye al presidente que fue electo por los hondureños".

En las resoluciones de la asamblea dieron a conocer una carta que enviarán al secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, quien ha estado impulsando una salida pacífica a la crisis a través de un diálogo que culminó sin éxito el viernes anterior.

"Enfatizamos que bajo una tiranía y sin la inmediata restitución del presidente Zelaya, no estamos dispuestos a avalar este enorme fraude electoral", dijeron los candidatos.

Zelaya saludó a los presentes en la asamblea mediante una llamada telefónica desde la embajada de Brasil, donde se refugió el 21 de septiembre tras ingresar clandestinamente al país, casi tres meses después de que fue expulsado por los militares.

La legitimidad de las próximas elecciones generales en Honduras quedó en duda este fin de semana, después de que fracasara el diálogo para resolver la crisis política de este país centroamericano, donde el gobierno de facto afronta el aislamiento internacional.

Los golpistas encabezados por Roberto Micheletti intentan mostrar un clima de normalidad y avanzar con el proceso electoral, con la mirada puesta en los comicios del 29 de noviembre, que ya estaban previstos antes de que los militares expulsaran a punta de pistola a Zelaya del país.

Pero la comunidad internacional ha advertido que las elecciones carecen de legitimidad y que no reconocería al ganador si Zelaya no vuelve a su cargo antes de los comicios generales.

El regreso de Zelaya parece lejano después de que el pasado viernes las comisiones negociadoras de Zelaya y Micheletti dieran por terminado el diálogo político sin un acuerdo.

Ajeno a los cuestionamientos, el candidato del opositor y derechista Partido Nacional, Porfirio Lobo –quien encabeza encuestas en su segundo intento por conducir este país centroamericano–, sigue en campaña y se mantiene al margen de la disputa.

"La gente quiere votar, eso está claro. El diálogo es entre Micheletti y Zelaya, y que ellos lo resuelvan", dijo Lobo después de un acto de campaña.

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¿VOTO DURO O
MASOQUISMO POLÍTICO?


Por Oscar Amaya Armijo

Aún cuando con la restitución de Zelaya Rosales se legitimen las elecciones del 29 de noviembre, el pueblo hondureño no tendrá por quién votar.

Ese día se legitimarán las elecciones de los partidos de la oligarquía y serán excluyentes.

Los que lleguen a votar lo harán por los golpistas y por las diez familias que tienen secuestrado al país y sus recursos.

Votaran, como siempre, por nada.

Llegarán, por supuesto, aquellos hondureños, a quienes nadie sabe por qué les dicen “voto duro”, petrificado. Cosificados como la costra inservible de las infecciones.

No es bueno, por lo que se ve, ser “voto duro”, que supongo es un término que alude a lo más conservador, a lo más tradicional; es decir, en palabras populares “mancha brava”.

Es una ofensa para esos hondureños recibir el término peyorativo de “voto duro”, eso equivale a que esta gente no evoluciona, están allí sin cambio mental aparente, como los zombis, como los robots en las ficciones de Isaac Asimov.

Nadie puede resistirse a cambiar, sobre todo cuando la realidad objetiva indica que hay que hacerlo.

En materia política, por ejemplo, el cambio es esencial, de lo contrario el accionar se convierte en entelequia, en pieza de museo, como ocurre con los partidos oligárquicos, el nacional y el liberal. Sus estructuras se anquilosaron, se enmohecieron, es a lo que llaman “voto duro”.

Esa frase además de ofensiva, indica que esos hondureños, aferrados a la tradición y el clientelismo político, son incapaces de caminar por nuevos paradigmas, que su capacidad de reflexión es tan mínima que no les permite analizar y apostar por nuevos derroteros. Son la escoria del tradicionalismo político.

Pero estas aseveraciones son una falacia porque en eso que llaman “voto duro”, existen compatriotas con una gran capacidad de análisis y muchos de ellos, viendo las prácticas nefastas de sus dirigentes políticos trogloditas, han cambiado radicalmente de parecer. Ahora se les escucha opinar diferente y es probable que esos votos, otrora petrificados, vengan a fortalecer a los candidatos de la resistencia.

Actualmente, nadie actúa en política solamente avalado por la tradición y el color político. En estos tiempos de revolución telemática a nadie se engaña. Allí, en los ordenadores y en la televisión por cable, se aprecian nuevas formas de gestión y administración de opciones políticas, que comparadas con las aquí aplicadas, sólo queda el recurso de la vergüenza, ante la incultura política de las clases dominantes.

Además, aquí cerca, en Centro América, se asiste a la puesta en marcha de distintos modelos políticos, entonces ¿Por qué no cambiar de modelos sí fracasaron los que tradicionalmente se practican con bochornosa necedad?

Los hondureños que aún se consideran “voto duro”, deben reflexionar y cambiar de pensamiento, adoptando actitudes políticas para combatir esa falsa tradición. Este comportamiento le causado mucho daño al país por más de cien años, sumiéndolo en una tragedia sin precedentes, en todos los ámbitos.

Una muestra de que se ha abandonando el barco envejecido del “voto duro” es afiliándose a nuevas opciones o paradigmas políticos que propendan hacia el cambio y desarrollo de la nación.

Los hondureños no deben temer al cambio, nada pierden con cambiar más que las cadenas del atraso. ¿Qué ha ganado Honduras con los cien años de desgobierno de los partidos oligárquicos? Sencillamente, nada.

No cambiar esta práctica primitiva es vivir una especie de masoquismo político.

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