sexta-feira, 9 de outubro de 2009


EDUARDO
BECERRA
LANZA



Último discurso de Eduardo Becerra Lanza Secretario General de Federación de Estudiantes de Honduras FEHU pronunciado en el Auditorio de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras sobre el planteamiento de la “Internacionalización de la Paz” propuesta por el Canciller Edgardo Paz Barnica presentada ante la OEA en 1982, días después Eduardo Becerra Lanza fue desparecido, torturado salvajemente y asesinado.



Transcripción
Rebeca Becerra

Para nosotros es bastante lastimoso y para el destino de nuestro país que las personas a mi criterio particular que gobiernan no se hayan presentado al recinto de la UNAH y no tengan la suficiente capacidad de discutir este tema que tiene tanta trascendencia, no sólo para nuestro país sino a nivel Centroamericano.

Permítame ante todo que exprese como Secretario General de la Federación de Estudiantes de Honduras FEUH, mi más profundo agradecimiento por tener el honor de participar en este foro y plantear los puntos de vista de la juventud consecuente de nuestra alma mater, alrededor del interesante tema que nos ocupa y que fraternalmente nos mantiene ocupados en este recinto universitario.

El planteamiento de respuesta de paz para el istmo de Centro América hecho por nuestro Canciller Dr. Edgardo Paz Barnica ante el Consejo Permanente de la OEA del 24 de marzo del presente año, constituye una definición de la política del Estado Hondureño ante la convulsa situación por la que atraviesan los pueblos del área de Centroamericana y la repercusión que la misma tiene indirectamente para la vida política de nuestro país...LOS PUEBLOS DE CENTROAMÉRICA AMAN LA PAZ, QUIEREN LA PAZ. Estos pueblos que han sido pacíficos durante tantos años han dado muestras que también son capaces de tomar el fusil y de vencer la violencia de los explotadores, de enfrentarse heroicamente ante los responsables de su miseria, de su opresión, de su marginamiento de los que niegan la democracia e institucionalizan la violencia de los derechos humanos. La violencia en Centro América ha sido un producto del sistema capitalista dependiente puesto por la oligarquía criolla y el imperialismo norteamericano, esta es una verdad que el imperialismo rechaza tajantemente para explicar que el conflicto del área es consecuencia del enfrentamiento entre el Este y el Oeste por el dominio de esta región estratégica y por la amenaza del comunismo internacional.

El planteamiento de Paz Barnica supera este punto que le ha servido al imperialismo para justificar sus intenciones emitidas contra otros pueblos y que hoy se preparan para lanzarlos contra nosotros, en cuanto que señala la conjunción política y el desgarramiento social tiene su origen en los métodos seculares de la terrible injusticia, explotación y de opresión, es decir, que hay un reconocimiento de parte del planteamiento del Gobierno de nuestro país de que la fuente motora de la insurgencia revolucionaria de estos pueblos lo constituye el sistema insocial e injusto en que viven, y es precisamente el punto clave para todas las organizaciones democráticas, patrióticas y revolucionarias. Explicar el cuadro social deshumanizado que presentan estos pueblos encadenados por el imperialismo norteamericano a la más cruel opresión y explotación a través del sistema capitalista dependiente.

A pesar de estar conscientes de esta situación, el Gobierno de nuestro país no toma medidas de urgencia para modificar tan siquiera en parte los rasgos característicos del sistema, mediante eso la economía nacional sigue operando, al grado que el crecimiento del producto interno bruto no llega al 1%, que por ahora la balanza de pagos es desfavorable y tiene que pagarse con préstamos internacionales. Que el presupuesto del país tenga un déficit de 200 millones de lempiras, que la deuda externa sume más de dos mil millones de lempiras, que existan más de 200 mil desocupados, que los precios de los productos de primera necesidad sigan incrementándose a niveles estratosféricos sin que haya la más mínima preocupación por congelarlos, y además la existencia de miles y miles de familias campesinas sin tierra, de no frenar este proceso acelerado de condiciones económicas, sociales y políticas negativas, no cabe duda, que el pueblo hondureño tendrá que levantarse en armas para hacer su propia justicia y garantizar la transformación estructural que necesita, para resolver sus problemas fundamentales y no digan después que el conflicto hondureño es un enfrentamiento entre el Este y el Oeste.

En lo que se refiere a los puntos concretos de la propuesta de Internacionalización de la Paz, queremos expresar con respecto al primer punto de dicha propuesta que se refiere al establecimiento de las bases para lograr un desarme general en la región, para que cese la carrera armamentista en estos países por la tensión y el desequilibrio que provoca, desde todo punto de vista justo, correcto y acertado coinciden plenamente con las condiciones democráticas del estudiantado universitario. Creemos que los pueblos atrasados y con grandes dificultades no pueden darse el lujo de descargar sus recursos económicos en armamentos que bien pueden utilizarse para el desarrollo de proyectos de producción, de asistencia social, el progreso del país y la educación de sus habitantes.

Siempre hemos condenado la carrera armamentista porque la misma no sólo ha sido impuesta a estos pueblos por los grandes consorcios ligados a la industria de la guerra, sino que la misma constituye un serio peligro para la vida de los pueblos, puesto que los sectores fascistas e imperialistas se vuelven prepotentes e invencibles y amenazan constantemente a las masas populares con la represión y la intervención armada. Cuando se habla de la carrera armamentista, incluso, descaradamente como la hace Alexander Hernández, hace como punto de referencia a los cambios cualitativos operados en el ejército sandinista de Nicaragua. En este sentido preguntamos a los señores representantes del Gobierno que lastimosamente no se han hecho presentes, si el pueblo de Nicaragua no tiene derecho de armarse frente a las amenazas y acciones del imperialismo norteamericano para defender su revolución y destino; creemos que este país estaría plenamente dispuesto a participar en las negociaciones de desarme si se le ofrece materialmente las garantías de no intervención en sus asuntos internos.

Para nosotros es realmente contradictorio que mientras hablamos de la Internacionalización de la Paz y enviamos misiones pacificadoras a otros países las fuerzas armadas y el Gobierno de Honduras crean un Noveno Batallón de Infantería y que la Policía Rural tenga en estos momentos una inversión de 30 millones de lempiras en armamento o, que existan en nuestro país más asesores militares yanquis que en cualquier país en guerra como en El Salvador, en donde según las fuentes oficiales del imperialismo sólo hay cincuenta asesores militares, mientras que en Honduras en tiempo entre comillas de paz tenemos, según la misma fuente, cien militares asesores norteamericanos, además de los asesores uruguayos, argentinos, israelitas y chilenos, aunque estos últimos días están confinados en el segundo punto del planteamiento que se refiere a la reducción de los asesores extranjeros militares y de otra naturaleza en el Gobierno de Honduras.

No puede contradecir la esencia de un planteamiento y generar inquietudes y reservas en los Gobiernos vecinos, especialmente en el Gobierno sandinista. También es muy contradictorio hablar de desarme cuando el Gobierno negocia secretamente el establecimiento de bases militares norteamericanas en el territorio nacional o de ampliación de las pistas aéreas hondureñas para ser utilizadas por los aviones de guerra norteamericanos en caso de emergencia, según las declaraciones recientes de las fuerzas armadas General Álvarez Martínez que en contradicción al espíritu de la Internacionalización de la Paz, en el sentido es estar de acuerdo en permitir el tránsito de tropas norteamericanas por el territorio nacional, en caso de una invasión de este país hacía Nicaragua; tampoco el desarme general y el espíritu de la propuesta coinciden con el derecho a la libertad del movimiento que tienen las bandas contrarrevolucionarias.

En lo que se refiere al punto tres del planteamiento de la Internacionalización de la Paz y de la creación de mecanismos para supervisión y vigilancia internacional, para encontrar y fortalecer lo consideramos una proposición positiva, por cuanto permite a las partes en conflicto investigación de los informes obtenidos y esclarecimiento de sus dudas.

El contenido del punto cuatro de contener el tráfico de armas en la región, se enmarca especialmente en el caso del El Salvador, a la posibilidad de que el pueblo salvadoreño pueda armarse y derrotar a la oligarquía que ha impuesto una dictadura de cincuenta años.

En la presente coyuntura política centroamericana el incremento de la ayudad militar de los E. E. U. U., para el Gobierno de El Salvador en un marco que atenta contra todos los intereses de un pueblo que lucha en condiciones de desventaja contra una clase minoritaria que únicamente se sostiene a medias por el apoyo que le brinda el imperialismo yanqui.

El respeto de las fronteras contenido en el punto quinto para mantener la paz, constituye un principio básico para la defensa de la soberanía nacional, constituye lo más sagrado para el pueblo hondureño y por eso no estamos dispuestos a transar en este punto con cualquier Gobierno no importa su ideología o sistema social que represente.

Honduras ha tenido experiencias dolorosas en este campo y siempre le ha tocado perder parte de su territorio, con Guatemala, con El Salvador y Nicaragua en tiempo de Somoza; este punto planteado por el Gobierno a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, esto debe aplicarse en la práctica evitando que las tropas salvadoreñas incursionen nuestro territorio para perseguir y asesinar refugiados políticos en nuestro país en complicidad con las Fuerzas Armadas que en el año 69 ocuparon nuestro territorio y asesinaron a cientos de hondureños humildes e inocentes, deben de desmantelarse los campamentos de las bandas contrarrevolucionarias somocistas que comprometen la neutralidad de nuestro país, que involucran en sus planes contrarrevolucionarios a familias campesinas hondureñas y además se han convertido en las autoridades de nuestros pueblos fronterizos. La existencia de bandas somocistas y el apoyo brindado por sectores reaccionarios del ejército, como es el caso de La Mosquitia, constituye un serio peligro que constantemente amenaza la paz, no solamente de dos países sino sobre toda la región centroamericana.

El sexto y último punto de la internacionalización de la paz que contiene un diálogo permanente de carácter multilateral para propiciar el entendimiento político que conduzcan a afianzar el sistema democrático y pluralista se enmarca estrictamente en el diálogo del Gobierno del istmo, sin dar cabida a otras fuerzas sociales representativas que tienen todo el derecho de participar en las discusiones políticas que afectan el futuro y desarrollo de los pueblos tal es el caso, de la oposición del Gobierno de El Salvador representado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y el Frente Democrático Revolucionario. Esta es la principal diferencia entre el planteamiento de paz hecho por el Gobierno de México de López Portillo, por cuanto este Gobierno propone la negociación política o sea el diálogo para que cada uno de los casos concretos, así como también la solución global de la crisis centroamericana dando por tanto oportunidad práctica al pueblo salvadoreño de participar activamente en la solución de los problemas políticos, económicos y sociales que afectan a ese país.

Consideramos entonces que la línea política del Gobierno de Honduras, debe ampliarse en esa dirección para que sea más consecuente y refleje con mayor autenticidad las aspiraciones de los pueblos del área Centroamericana para que el Gobierno de Honduras pueda poner en práctica su complejo plan de pacificación, consideramos que es indispensable observar las siguientes consideraciones:

1) Sentar las bases políticas y prácticas de una auténtica neutralidad frente a la auténtica intromisión de los asuntos políticos, económicos, sociales y militares conflictivos en los países vecinos.

2) Retirar todo apoyo o colaboración a los mercenarios paramilitares extranjeros que hostigan a nuestro territorio, el esfuerzo de liberación de todos los pueblos que han conquistado o están por conquistar la independencia legítima del imperialismo yanqui.

3) Condenar enérgicamente las oligarquías, ejércitos y Gobiernos ultraderechistas que se oponen a los cambios sociales. Que las masas hambrientas del área centroamericana reclaman con justicia.

4) Rechazar las presiones políticas, económicas imperialistas que comprometen la soberanía nacional.

5) Congelar todos los compromisos negativos al montaje de bases militares en el territorio nacional.

6) Negar el tránsito de tropas norteamericanas y mercenarias por el territorio de la República y no permitir la utilización de la plataforma marítima con fines agresivos.

7) Respetar los derechos humanos de los connacionales y de los extranjeros de los países hermanos que buscan protección en Honduras.

8) Libertar para los presos políticos nacionales y extranjeros que en estos momentos se encuentran en las cárceles y otros desaparecidos.

9) Poner en práctica proyectos económicos que mejoren las condiciones de vida de las masas populares de las ciudades y el campo.

10) Deben renunciar a la asesoría militar de potencias extranjeras opresoras, así como de desistir de seguir aumentando la deuda externa con la compra de armamento que en nada abona a su pretensión pacifista.

11) En el campo internacional creemos que es necesario que se opten incrementos y observen estrictamente las relaciones recíprocas entre las naciones del mundo, que acepten y practiquen la paz independientemente de su ideología política que profesan.

12) Deben de establecer garantías de paz duradera y de seguridad y cooperación con los países simplemente evolucionados en los principios democráticos hacia nuevos y justos cambios sociales en favor de las mayorías que se debaten en el hambre, la miseria y la muerte.

13) Es necesario intensificar los contactos bilaterales para intercambiar opiniones con las diferentes regiones sociales, políticas con el propósito de vitalizar el basamento ideológico de la internacionalización de la paz entre comillas.

14) Es urgente crear condiciones favorables de credibilidad política que allanen el camino de convicción internacional, del respeto a los principios internacionales de la no intervención y la autodeterminación a que soberanamente tienen derechos los pueblos en el manejo de los asuntos internos.

15) Deben apoyarse los acuerdos bilaterales, la proposición de paz hecha por México y Francia, y multilateralmente contar con estos países. La fuerza conjunta de paz y de observancia por considerarse que son países interesados en la pacificación de Centroamérica.

16) Finalmente consideramos que la internacionalización de la paz sólo tendrá consistencia en la medida en que se nacionalice, es decir, en la medida que nuestro pueblo sea incorporado al proceso de transformación económica, social del país, pero mientras no se haga nada para salir del estancamiento en que nos encontramos y utilizar el poder creador de las masas populares, la internacionalidad de la paz entre comillas, tendrá tropiezos estructurales.

La Internacionalización de la Paz no era más que una hipótesis creada para “taparle el ojo al macho” que el imperialismo estaba destrozando con su intervención descarada para imponernos a los hondureños una guerra sucia de baja intensidad que se impulsaría desde nuestro territorio al territorio nicaragüense del Gobierno revolucionario sandinista.

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