sábado, 15 de agosto de 2009

El carpintero Jesús con su
eminencia reverendísima santidad,
cardenal Óscar Andrés Rodríguez



Por Allan McDonald

¿Buenos días su eminencia, puedo hablar un par de minutos con usted?

Ajá, ¿qué se te ocurre muchacho?, claro, hablá que no tengo mucho tiempo.

Disculpe reverendísima santidad, solo quería preguntarle ¿cómo está?… si está bien después de tanto romano, tanto judío suelto en estas tierras humildes de nuestro padre….

Pues mira, solo uno cuantos revoltosos que andan allí gritando como locos, pobres diablos…

Pero son hijos nuestros también…

Serán tuyos, yo nunca me case….

Dígame su eminencia, como puede dormir pensando en la sangre derramada...

¿Cual sangre?, ha de ser agua teñida, así como cuando le ponen lágrimas a la virgen para martirizar la fe…

Pero eminencia, porque no es humilde y acepte que esto es una barbarie, matar a gente solo por mantener el orgullo fatal de un par de ricos… ¿no creé que le hace daño ante el pueblo?….

Esa es chusma, no creas Jesús, a veces así quieren estos miserables, son comunistas además…

No eminencia, a mi me acusaron de lo mismo, y heme acá, un pobre hombre que ha bajado de la cruz, solo para venir hasta acá, cruzarme entre la gente de afuera, a pie he venido desde mi cielo perdido, he andado por todo Honduras, buscándote…

Vos me buscás donde no me llevo, por eso te perdés…

Es que creí que lo podría encontrar en la casa de Juan, el albañil, pase por donde martita, la de la pulpería, y fui al mercado, a los barrios, a los arrabales de San Pedro Sula, pase por Choloma, por Cortés, en la líneas del tren de Baracoa, en las bananeras de La Lima, en los barracones de campo Guaruma 2, Tacamiche y en las orillas del rio Ulúa, y nada, nadie me dio razón de usted su eminencia… pase por Choluteca y en el parquecito triste aquel de la mercedes, me senté a ver pasar la tarde, pregunté por usted y nadie supo darme ningún mensaje, ninguna dirección, un borracho me dijo que me cruzara por los burdeles de Monjarás y nada, pase por Nacaome y en medio de aquel infierno de calor, pensé encontrarlo pero tampoco fue así…

¡Pero Jesús! ¿Cómo se te ocurre buscarme en burdeles?, allí no es mi sitio, menos en casa de la chusma, que ni comen los tres tiempos, gente sin educación que ni siquiera tienen internet.

Perdone su eminencia es que pensé que allí podía encontrarlo, para charlar de estas cosas, pero en mi desesperación en hallarlo, fui hasta Copán, los chortiés ni saben quién es usted, y en la montaña de la flor más bien me dijeron que me persignara si lo buscaba, y en Olancho, en cada aldea y cada pueblo, me dijeron que no saben nada de usted, solo en tv lo conocen y un niño dice que lo ha visto en las revistas de la alta sociedad, pero mi sencillez y me pobreza no me da para comprarme una revista de esas, por fin acá en Tegucigalpa di con usted santífica y consagrada eminencia…

Aja, ¿y cómo distes al fin?…

En el centro de Tegucigalpa está la catedral, quise entrar pero, ya ve, con estas ropas de pobres, me revisaron pegado a una pared, un grupo de policías antimotines y me regresaron, me dijeron que la basura no entra allí, además mi barba los asusto y sacaron las armas, me trataron de terrorista, mi pobreza me delató como supuesto subversivo. Pero un policía que supongo que le di lastima, me dijo que te buscara en esta mansión… lindo jardín, lindo árboles….

Si, así es el costo de mi sacrificio por la fe apostada en mi pueblo.

Si, su santidad y eminencia, muy linda su casa, parece el edén del paraíso…

Aja, bueno y… ¿dime en que te puedo servir?, recordá que por mis delicadas y múltiples funciones no tengo todo el tiempo del mundo…

Solo saber si está bien, porque me preocupa que uno de mis hermanos esté en problemas….

Jesús, por Dios Santo, yo no tengo problemas, allá afuera hay más de 20 militares que me cuidan…

Si su eminencia, pero hay algo, más, ¿cómo está su espíritu?, me parece que está quebrado, lo veo destrozado….

No Jesús, mi espíritu es más fuerte que los bancos que gentilmente patrocinaron la transición constitucional… además, soy un hombre de fe, fortaleza y amor, mis raíces están en la fuerza del espíritu y no en las débiles bases del pueblo pobre, que se tambalea en sus delirios democráticos….

¿Porque fue el golpe de Estado?, su eminencia…

¿Cuál golpe?, fue una sucesión constitucional…

Bueno lo que haya sido.

Hummm… para no hacerte largo el cuento, el tal Zelaya, quería violar los artículos pétreos de la constitución…. Por eso se le dio su lección y se le sacó del país, así se evito derramar sangre…

Cardenal, pero… ¿para usted es más sagrado la constitución que la biblia? Usted ha violado los versículos pétreos de la biblia, y los mandamientos, y acá esta, nadie lo ha sacado de estos jardines y esta mansión, más bien lo cuidan….

¿Cuales versículos, cuales mandamiento?…

No matarás y ha matado con su silencio y su bendición a la represión, no mentir y has mentido en nombre de un templo, y hasta le has puesto a la virgen de los hondureños, capitana de las fuerzas armadas…

Ha llenado de odio a los compañeros que se matan afuera en la lucha de un patria digna y justa, usted tenía que estar allí en la lucha…

Espera Jesús, vos no sos nadie para decirme lo que tengo que hacer… Además soy un hombre de palabra divina, nadie viene al Padre sino es por la fuerza del fusil, así que… queremos evangelizar a esta chusma con los métodos democráticos de las bayonetas y dejar claro quién es el César y los leprosos de la miseria….

Santidad, ¿pero no cree que se ha negado seguir los pasos del Padre?, ni siquiera los de sus hermanos, como aquel que tenia su mismo nombre, Óscar Arnulfo Romero, que si luchó con su pueblo en las horas más oscuras de El Salvador….ni siquiera la de sus compañeros de acá mismo, como el padre Melo, el padre Tamayo, el padre Milla…

Y mirá como quedo Romero, por andar de redentor en la propiedad privada de El Salvador, enterrado con “arena” quedó, y esos viejitos de acá, son sotanas rojas que han saltado la palabra y la fe en la convicción divina de la oración, por andar de sediciosos en las calles alentando la rebelión, más no saben que en la iglesia está la hermandad… han cambiado el paraíso divino por la utopía popular.

Acaso santidad… ¿esa no es la misión del pastor que protege a sus ovejas?…

Esas son ovejas negras y rojas, hay que sacarificarlas…

¿Tantas por el becerro de oro de los amos?…

Mirá, si venís a insultarme mejor te saco… ¡guardias!

No santidad, podré salir de esta mansión, podrá echarme, pero no saldré de sus sombras, de su fallida conciencia púrpura, ni de su crucifijo que lo ve con lágrimas de bronce…

No es bronce, es oro, mirá estos anillitos, quieres probártelos

No gracias, me hace daño, soy alérgico al oro ganado con el sudor de la frente ajena…

Bueno, ¿quieres comer algo? pasá, acá en mi mesa podemos compartir algo…

No su santidad, yo quedé servido con la última cena, comparta esa comida, haga burritas, que le salen más de mil con ese banquete y se las da la gente que marcha bajo el sol, con hambre y sin sueldo de mercenarios como dice su sacristán… o puede salir a la calle, como Moisés y abrir ese mar de sangre y hacer cruzar la paz…o como Noé, puede construir el arca de la cordura y meter a tanto animal perturbado de poder… puede eminencia usted amparar a este país del diluvio de la furia y de la ambición…

Mira Jesusito, deberías de irte mejor, sos mal agradecido, aun cuando te invito a la casa de Dios…

No me ha invitado, lo he venido a buscar, y esta no es la casa de Dios, este es un nido de “cobras”, Dios no está acá, Dios está en la calle, luchando también, porque a Él le duele que este pueblos sea negado tres veces y condenado el justo y premiado el barrabás constitucional…

Me voy por donde vine, por ese portón eléctrico, gigantesco, pero muy pequeño para usted eminencia, recuerde, que ese será el único portón que verá en la vida, así de grande, los demás portones que encuentre serán muy pequeños, el del cielo incluso…

Buenos días su eminencia… y lea Isaías 55,8

Dios le bendiga…

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