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Irma Becerra
Oscar Amaya Armijo
Roberto Zapata Varela
Ricardo Salgado
Oscar Amaya Armijo
Roberto Zapata Varela
Ricardo Salgado
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LOS RETOS DE
LA RESISTENCIA
NACIONAL EN EL 2010
EMISIÓN DE RADIO PROGRESO
LA RESISTENCIA
NACIONAL EN EL 2010
EMISIÓN DE RADIO PROGRESO
La Resistencia es la unión de dos tendencias políticas: el liberalismo socialista y el socialismo morazánico revolucionario, por tanto, no es un movimiento que debe limitarse a objetivos estrechos y sectarios, por ejemplo, conformarse sólo con la salida de los golpistas. La Resistencia debe ir más allá, debe tomar en sus manos la lucha por la transformación radical de las estructuras económico-políticas caducas que existen en el país. Su fin debe ser saturar de justicia social a un sistema que les niega todos los derechos a las masas populares, sobre todo, a las más olvidadas del país.
Para poder ampliar lo anterior debemos analizar algunos fundamentos y principios de la resistencia como movimiento popular. Enprimer lugar, es importante preguntarse ¿qué es la Resistencia filosóficamente hablando?
Podemos decir, que la Resistencia filosóficamente entendida es la capacidad individual y colectiva de ejercer dominio de la facultad de oposición a toda violentación de la dignidad humana. Es toda forma de autodefensa respecto a la dominación de la voluntad humana por formas de alienación antihumanistas que repriman su emancipación y su libertad. En este sentido, se trata del despertar del pueblo hondureño hacia las formas de manifestación de la democracia participativa como búsqueda de su necesidad de libertad respecto a la opresión económica de las oligarquías y el control mediático de la conciencia popular por los medios de comunicación al servicio de los grupos oligárquicos que controlan el país.
Para poder realizar las acciones de autodefensa de la dignidad humana y popular, así como de la justicia social, es preciso definir ¿qué es la resistencia políticamente hablando?
Sobre esto podemos señalar tres aspectos fundamentales que responden a esta pregunta:
1.Es un movimiento que consolida definitivamente la nueva conciencia que ha logrado el pueblo hondureño al combatir en forma pacífica pero enérgica a los golpistas del 28 de junio del 2009.
2.Es una lucha de reivindicación que transforma en una organización sólida y permanente al movimiento de resistencia antigolpista, que, hoy por hoy, tiene una forma espontánea.
3.Es un movimiento que se plantea como objetivo político formular una teoría política que le dé norte a este movimiento, no sólo para los días presentes sino también para el futuro.
A partir de estos tres aspectos nos planteamos la pregunta acerca de la esencia histórica de la Resistencia como movimiento popular, es decir, ¿qué es la Resistencia históricamente hablando?
La respuesta a esta interrogante nos hace establecer que la Resistencia obedece, no ya a una reacción a una situación internacional que partía de la confrontación entre las potencias mundiales como ocurrió con los movimientos políticos de los años ochentas, sino que la Resistencia surge y se fortalece, a partir de una reacción generalizada y espontánea ante la injusticia política que se da en el interior del país, como producto de la negación de los grupos oligárquicos a ceder al pueblo el derecho a la participación democrática. Es, pues, el resultado de una madurez política adquirida por la experiencia negativa del pueblo y sus líderes más conscientes con la oligarquía reinante.
Esto establece nuevos objetivos estratégicos a la lucha reivindicativa, entre ellos los siguientes:
1.Partir de la nueva conciencia político-social que ha adquirido el pueblo hondureño en el momento actual para proceder lo más pronto posible a la organización política de las bases de la Resistencia en un partido con estructuras propias, objetivos propios y estilo propio, en la búsqueda del poder político de la nación para transformar a ésta desde sus raíces hasta la cúspide.
2.Crear la formación política necesaria de los líderes para que se generalice una ética política y una concepción filosófica que fundamenten teóricamente la praxis social y la orienten hacia fines participativos y constituyentes.
3.Llenar masivamente el vacío cultural que están dejando las acciones antihumanas y brutales de los golpistas, al asesinar, torturar y maltratar al pueblo.
4.Generar nuevas formas de manifestación social que llenen la historia de Honduras de evolución masiva del pueblo hondureño y su conciencia política y moral.
Es por eso que la Resistencia se puede definir como una acción humana que busca trascender los humanismos tradicionales en la búsqueda de un nuevo Humanismo. Desde esta perspectiva, la Resistencia es una reacción ante estereotipos sociales que tienden a invalidar la dignidad humana en sus expresiones más nobles y creativas. La Resistencia, como reacción humanista creativa, busca consolidar las realizaciones más nobles del pueblo hondureño en su hacer concreto e histórico, y consiste en un movimiento de creación cultural que pretende fundamentar la política desde un sentido nuevo al generar la capacidad popular de ejercer respuestas alternativas diferentes ante la pasividad, la brutalidad, el negativismo y el fatalismo.
Ante esto cabe preguntarse ¿cuáles son los retos de la Resistencia para el año 2010 en tanto creación cultural de la política por un pueblo que ha despertado en todos sus ideales, sueños, proyectos y perspectivas? Podemos responder con toda seguridad que son los siguientes:
1.Consolidar sus dos tendencias políticas: el liberalismo socialista y el socialismo morazánico revolucionario con la finalidad de alcanzar las metas constituyentes y la transformación del país.
2.Consolidar la cultura popular en un sentido relacional, es decir, entrelazando los conceptos y las ideas de tal modo que los mismos produzcan mensajes pedagógicos que alimenten y fortalezcan la confianza del pueblo en sí mismo, en sus propias fuerzas y energías creadoras.
3.Proteger y defender a las mejores personas porque la Resistencia implica una transformación moral de la política que reúne y concibe principios éticos de emancipación hacia el fortalecimiento de la fraternidad humana y la solidaridad en un sentido global.
4.Reeducar al pueblo en el ideal morazanista que potencializa a Honduras para que cumpla el papel de ser guía de la Humanidad en el campo del pensamiento crítico, auténticamente emancipador, estratégico, reunificador y constituyente, así como de sus valores y principios.
5.Crear la conciencia reunificadora y constituyente.
La Resistencia no es sólo un nuevo movimiento político o un movimiento político de nuevo tipo, sino un movimiento humanista que reclama el respeto integral por la dignidad humana y el término de la violencia, la injusticia, la opresión y la impunidad. Ahora bien, ¿cómo se define el movimiento? ¿cómo se concibe este movimiento a sí mismo hacia el futuro y cómo se fortalece el movimiento? ¿Bajo qué principios?
Podemos decir, que el movimiento se define como la reagrupación de distintos sectores políticos en sus dos tendencias fundamentales con la finalidad de superar todo sectarismo, dispersión y oportunismo políticos.
El movimiento se concibe a sí mismo hacia el futuro como la reintegración de la izquierda hondureña en aras de la construcción de la democracia participativa en Honduras y de un modelo económico mixto que sea alternativa al neoliberalismo. En este sentido, se aboga por la negación rotunda al hecho de que nuestro país se convierta en punta de lanza para una escalada represora del resto de los países latinoamericanos por parte del imperialismo yanqui, es decir, las potencias del Norte.
El movimiento se alimenta y fortalece bajo los principios fundamentales de aglutinación creadora que dirigen la protesta callejera por métodos pacíficos pero firmes y enérgicos y que prepara paulatinamente la participación popular para las próximas elecciones del 2014. Además, el principio de integración a la cultura del debate, la discusión creadora y la deliberación como fuentes de pontenciación del pensamiento creativo y crítico que da la oportunidad de encontrar soluciones a los problemas y desarrollar la personalidad humana en todos sus aspectos y contenidos.
Finalmente, los principios y valores de reunificación democrática que sigue el movimiento de la Resistencia para la creación objetiva de la conciencia constituyente que así va surgiendo, tienen que ver con la exigencia del derecho participativo, el plebiscito y el referéndum, como mecanismos de acción popular de nuevo tipo que pueden desembocar en la Gran Huelga General si éstos no son concedidos al pueblo.
¡Viva la lucha popular! ¡Viva la Resistencia!
Nadie en este planeta está interesado en ensuciarse las manos matando a Michelleti.
Es un pecado de lesa humanidad matarlo; hay que dejarle vivir como el judío errante ,para que sufra viviendo la triste vida que le toca vivir.
Déjenlo vivir para verle vagar de un lado a otro, sin destino preciso, como un barco a la deriva; este debe ser el castigo para este malévolo dictador.
¿Quién querrá matar a un pobre hombre que empujó al pueblo hondureño hacia el descalabro total? Nadie.
Hay que dejarle vivir como al judío errante de la leyenda judeocristiana, pobre piltrafa, quién envalentonado por el poder de Poncio Pilatos, empujó a Cristo, haciéndole rodar por los suelo, pero éste, seguro de quién era, le dijo con toda la mansedumbre posible: “El Hijo del Hombre se va, pero tú lo esperarás hasta que vuelva” y, desde entonces, se le ve rondar entre los basureros.
Igual que en esta leyenda, hay que dejar vivir a Micheletti, errabundo, pero diciéndole antes: vive para siempre en la cárcel para que veas al pueblo en el poder, realizando las transformaciones sociales, políticas y económicas.
El peor castigo para el dictador es dejarle vivir, para que sufra en carne viva el ascenso del pueblo hondureño. La vida para él, viendo al pueblo triunfar, es una pesada lápida.
Si alguien comete el craso error de matarle, no solamente se maldecirá, sino que nos privará de verle sufrir en vida el nacer de una nueva sociedad, más justa e incluyente.
Quienes hoy sufren (los “cuatro vagos de la resistencia”) la perversidad represiva del dictador, deben llenarse de paciencia, no se vayan a manchar las manos matándole, pues él, ya es un muerto andante, un mutante de la pestilente guerra fría.
Otro castigo para este hondureño errante (en vez de judío), es tratarlo con indiferencia. Nadie debe mencionar su nombre hasta el fin de los siglos, que no haya historia para él, que se le cubra con el manto del silencio. No vale, la pena, entonces, matarle.
Además, la resistencia es un conjunto de hombres y mujeres pacíficos que nunca han vengados sus muertos, peor para matar a alguien ya inexistente. La Resistencia no es un club de asesinos, violadores y torturadores. Todo mundo sabe donde moran estas lacras.
El dictador, asimismo, anhela que lo maten, pues quiere aparecer en los libros de la historia golpista, como el hombre que se sacrificó por la democracia representativa y paralítica.
Por piedad, no le vayan a dar ese gusto.
No cabe duda que el despertar de Honduras es esperanzador; cuando el entusiasmo se mantiene y a pesar de 194 días de enfrentamiento con la oligarquía, la deserción es poca, cabe pensar que estamos preparados para emprender las tareas enormes que debemos realizar para refundar nuestra patria.
Refundar una nación no es cosa fácil, pero tampoco está fuera del alcance de un grupo de soñadores. Más difícil ha de haber sido para nuestros próceres darle vida a estas formas de gobierno, para América en ese tiempo, todavía de carácter experimental. No puede ser imposible si tenemos en cuenta que las formas de gobierno no son siempre estáticas, como estructuras acabadas, “pétreas”, como dirían nuestros actuales gobernantes. En igual medida las constituciones sobre la base de unos fundamentos y definiciones de alguna manera permanentes, delinean las características particulares que deben conformar la nación y los postulados que deben de regir el contrato social que mediará las relaciones de los habitantes; pero teniendo en cuenta que en la medida en que las sociedades evolucionan, la perspectiva del mundo cambia. Una constitución debe dar margen a esto; es decir estar abierta a un reacomodo cada vez que la sociedad particular lo requiera. Lo pétreo sabe a dogma y el dogma no es científico y mucho menos humano.
Aristóteles en “Sobre las clases Sociales”, afirma que “ a la misma ciencia corresponde considerar cuál es la mejor constitución política y qué carácter debe tener de acuerdo con nuestro ideal si ningún factor externo lo impide, como también cuál es la que puede adaptarse a tal pueblo”. No puede haber pues, una constitución que responda a la idiosincrasia de otros hombres y mujeres distintas a los que ha de regir y mucho menos excluir a buena parte de los ciudadanos y favorecer a unos pocos. Pues si los propósitos de la política es buscar el bien común, el contrato social debe propiciar, promover y ordenar las instancias que hagan posible que las riquezas de la nación beneficien a todos los miembros de la sociedad implicada.
En el mismo trabajo, el filósofo griego enseña que “las formas de gobierno hemos distinguido tres constituciones rectas, a saber, monarquía, aristocracia y república, así como tres desviaciones de ellas, y que son respectivamente: de la monarquía, la tiranía; de la aristocracia, la oligarquía, y de la república, la democracia”, que sin satanizar a ninguna las arregla según él cree peor (la tiranía), más o menos mala (la oligarquía) y buena (la democracia), de acuerdo con la cantidad de los ciudadanos implicados que beneficie. “La democracia existe cuando una mayoría de ciudadanos libres y pobres ejercen la soberanía, y la oligarquía, a su vez, cuando la ejerce una minoría de ricos y nobles.”
Pero lograr una nueva constitución es a penas un paso. Hay cuestiones de mayor o igual importancia que debemos encarar. Refundar una nación como la que aspiramos implica asumir responsabilidades que hasta hoy hemos dejado de lado por dejadez, pereza, acomodo, ignorancia o perversidad. Una democracia participativa requiere de ciudadanos activos, dispuestos a participar en la resolución de los problemas, no de los que se sientan a quejarse; hombres y mujeres dispuestas a desterrar la insalubridad, la injusticia, la ignorancia y la perversidad.
Estamos obligados a desemantizar la cultura en que nos han obligado a vivir y que hemos asumido como verdadera, para quitarle aquellas correspondencias extrañas que nos hacen actuar como extranjeros en nuestra propia tierra; debemos abandonar los calificativos terriblemente negativos con que caracterizamos la cultura nacional y nuestros comportamiento. Recordemos que occidente nos trajo entre otras cosas el machismos y el racismo, formas excluyentes que no tienen justificación científica, humana ni cultural y que para echarlas de nos necesitamos dos cosas: voluntad para cambiar de actitud y mejorar nuestra educación.
La tarea es grande y larga la jornada, costosas por aquellos apegos que se derivan de las costumbres y difíciles por la visión estrecha que nos han configurado, pero, como dice el poeta “se hace camino al andar”.
Hoy en las calles de Tegucigalpa quedó demostrado que cada día rechazamos con mas fuerza que nunca el golpe de estado y todo lo que representa. La masiva demostración nos obliga a entender que dinámica de la historia: a entender que la lucha ha de seguir con propósitos definidos, con una bandera fundamental: recuperar la soberanía popular.
Un par de días antes, el presidente Zelaya hacia su proclama por un estado cuyo fin supremo sea el pueblo; por un desmantelamiento del estado burgués que hoy no se conforma con tener un control absoluto de las vidas de todos a través de una economía en la que el pueblo vive en indefensión y ellos en la impunidad. Es fundamental entender el mensaje del presidente, especialmente cuando dice que “...el liberalismo tradicional ha caducado...”, y que “...ya no representa una alternativa para los grandes problemas de nuestra sociedad...”.
El camino a un estado mas equitativo, justo, pasa obligatoriamente por la toma del poder. La derecha hondureña, en una ceguera monumental, optó por el golpe de estado represivo como camino para conservar los inconmensurables privilegios de los que ya que goza. Sabiéndose incapaz de competir en un ámbito justo, prefiere seguir viviendo del estado y sus jugosos recursos. Ese estado no puede seguir en manos de estos señores, adoradores, del dinero, el dolo y la corrupción.
Los acontecimientos nos llevan a concluir que solo un partido del pueblo, con un profundo ideal morazánico, nacionalista, socialista, podrá finalmente vencer el cáncer que nos agobia hace muchas décadas. Y es que el golpe nos enseñó que no existen términos medios con la antediluviana derecha hondureña. Pasamos así de la lucha reivindicativa a la disputa clara por el poder; el poder del pueblo.
Este Partido Morazánico de la Resistencia Popular esta llamado a ser el representante y defensor de las causas populares frente a la manipulación oligárquica. Hoy nos planteamos con seriedad la necesidad de cambiar todos los estamentos del estado hondureño; aquí no cabe ningún otro término mas que refundación. Es imperativo acabar con el “Congreso Nacional Sociedad Anónima”. Necesitamos un congreso donde se encuentren verdaderos representantes de la voluntad popular, que estén dispuestos a dejar que la sea la voluntad soberana de este la que prevalezca en asunto fundamentales para la patria.
Necesitamos validar la identidad del pueblo en resistencia; instituir el partido como organismo máximo de participación ciudadana, donde ya no existan componendas, traiciones, trucos, trampas, doble moral. El partido donde se va mas allá del ámbito electorero; sonde los políticos no subasten los intereses nacionales a cualquier mercader traficante de vergüenzas.
Debemos recuperar la soberanía sobre todas las cosas que naturalmente le pertenecen al pueblo:
a) La soberanía educativa.- La educación no puede ser simplemente un objeto que se vende y se compra; no puede ser que la educación de calidad sea un privilegio de aquellos que tengan con que pagar. La cultura es un patrimonio de la humanidad, del pueblo, y este debe ejercer su plena soberanía sobre la misma. Es imprescindible emprender una educación igualitaria en calidad y cantidad para todos; no mas educación privilegiada para los cuadros de la reacción.
b) La soberanía energética.- El pueblo debe tener la primera voz en asuntos de importancia estratégica de la nación. No mas tráfico de dinero entre las clases dominantes a costas del pueblo. Los recursos que sirven para fines de energía, y los hidrocarburos deben ser propiedad del pueblo hondureño, y este derecho debe ser irrenunciable e intransferible. Se debe terminar con la privatización. Que los mercaderes sean verdaderamente productivos si quieren un lugar en la sociedad hondureña.
c) Soberanía sobre los servicios clave como el agua y las comunicaciones.- El control de estos es potestad del pueblo; y este debe decidir sobre su futuro; y bajo ninguna circunstancia puede ser negociado con empresa privada alguna.
Soberanía es el concepto que enarbolamos con el nacimiento de nuestro partido del pueblo; soberanía es la bandera con la que hemos de marchar por las calles; con la que hemos de organizar las unidades en las aldeas y caseríos mas remotos del país; soberanía es el concepto que debemos enseñar en nuestras escuelas de educación política; nunca mas dejaremos que nuestro pueblo sea engañado, que sea timado, burlado por falta de información.
Un partido solidario, capaz de reflejar la mas grandes cualidades de los seres humanos; el que incentiva el intercambio entre hermanos; el que nos enseña a no dar caridad sino lo mejor que tenemos; el que le enseña a nuestros hijos que la mayor cualidad que podemos tener es combatir la injusticias donde las veamos.
Un partido que no va a negociar posiciones, o decisiones. Nunca mas a la sombra de la noche se asesinaran las aspiraciones del pueblo: Nunca mas mentiremos o engañaremos a todos a cambio de unos pesos más. Este partido que no acepta que lo corrompan; que no cree que una posición en el estado es una oportunidad de saquear los bienes públicos.
Este partido que luche por una nueva forma de ver la realidad; donde la seguridad no este vinculada con el asesinato vil de nuestros jóvenes; no vea a los pobres como una peste; no condene a los jóvenes de antemano a los peores padecimientos.
Tomar el poder para concretar la refundación de la patria; esa toma del poder sin medias tintas; sin complacencias a las ambiciones del imperio o la codicia oligárquica; una búsqueda del poder no para conseguir un modus vivendi, sino para cambiar la historia de los que no tienen nada.
Hoy, cuando los lideres de la resistencia anuncian la lucha por la toma del poder, comenzamos una nueva etapa de lucha, pero también obtenemos el premio que nuestro pueblo marchante ha ganado a pulso bajo los garrotazos y los tiros de los chafas asesinos, y los paramilitares de otras partes de la tierra que han sido alquilados por la dictadura para callar nuestro grito de libertad.
Tenemos motivos para festejar; la noche del bipartidismo se acerca a su fin; ahora la aurora de la lucha nos ilumina, en un camino que ha de ser duro pero no insalvable. Ya no importa lo que pase, sabemos donde están los enemigos del pueblo y cual es su casa.
Ahora mas que nuca estamos en lucha; ya nada nos podrá detener.
Viva el Partido del Pueblo
Para poder ampliar lo anterior debemos analizar algunos fundamentos y principios de la resistencia como movimiento popular. Enprimer lugar, es importante preguntarse ¿qué es la Resistencia filosóficamente hablando?
Podemos decir, que la Resistencia filosóficamente entendida es la capacidad individual y colectiva de ejercer dominio de la facultad de oposición a toda violentación de la dignidad humana. Es toda forma de autodefensa respecto a la dominación de la voluntad humana por formas de alienación antihumanistas que repriman su emancipación y su libertad. En este sentido, se trata del despertar del pueblo hondureño hacia las formas de manifestación de la democracia participativa como búsqueda de su necesidad de libertad respecto a la opresión económica de las oligarquías y el control mediático de la conciencia popular por los medios de comunicación al servicio de los grupos oligárquicos que controlan el país.
Para poder realizar las acciones de autodefensa de la dignidad humana y popular, así como de la justicia social, es preciso definir ¿qué es la resistencia políticamente hablando?
Sobre esto podemos señalar tres aspectos fundamentales que responden a esta pregunta:
1.Es un movimiento que consolida definitivamente la nueva conciencia que ha logrado el pueblo hondureño al combatir en forma pacífica pero enérgica a los golpistas del 28 de junio del 2009.
2.Es una lucha de reivindicación que transforma en una organización sólida y permanente al movimiento de resistencia antigolpista, que, hoy por hoy, tiene una forma espontánea.
3.Es un movimiento que se plantea como objetivo político formular una teoría política que le dé norte a este movimiento, no sólo para los días presentes sino también para el futuro.
A partir de estos tres aspectos nos planteamos la pregunta acerca de la esencia histórica de la Resistencia como movimiento popular, es decir, ¿qué es la Resistencia históricamente hablando?
La respuesta a esta interrogante nos hace establecer que la Resistencia obedece, no ya a una reacción a una situación internacional que partía de la confrontación entre las potencias mundiales como ocurrió con los movimientos políticos de los años ochentas, sino que la Resistencia surge y se fortalece, a partir de una reacción generalizada y espontánea ante la injusticia política que se da en el interior del país, como producto de la negación de los grupos oligárquicos a ceder al pueblo el derecho a la participación democrática. Es, pues, el resultado de una madurez política adquirida por la experiencia negativa del pueblo y sus líderes más conscientes con la oligarquía reinante.
Esto establece nuevos objetivos estratégicos a la lucha reivindicativa, entre ellos los siguientes:
1.Partir de la nueva conciencia político-social que ha adquirido el pueblo hondureño en el momento actual para proceder lo más pronto posible a la organización política de las bases de la Resistencia en un partido con estructuras propias, objetivos propios y estilo propio, en la búsqueda del poder político de la nación para transformar a ésta desde sus raíces hasta la cúspide.
2.Crear la formación política necesaria de los líderes para que se generalice una ética política y una concepción filosófica que fundamenten teóricamente la praxis social y la orienten hacia fines participativos y constituyentes.
3.Llenar masivamente el vacío cultural que están dejando las acciones antihumanas y brutales de los golpistas, al asesinar, torturar y maltratar al pueblo.
4.Generar nuevas formas de manifestación social que llenen la historia de Honduras de evolución masiva del pueblo hondureño y su conciencia política y moral.
Es por eso que la Resistencia se puede definir como una acción humana que busca trascender los humanismos tradicionales en la búsqueda de un nuevo Humanismo. Desde esta perspectiva, la Resistencia es una reacción ante estereotipos sociales que tienden a invalidar la dignidad humana en sus expresiones más nobles y creativas. La Resistencia, como reacción humanista creativa, busca consolidar las realizaciones más nobles del pueblo hondureño en su hacer concreto e histórico, y consiste en un movimiento de creación cultural que pretende fundamentar la política desde un sentido nuevo al generar la capacidad popular de ejercer respuestas alternativas diferentes ante la pasividad, la brutalidad, el negativismo y el fatalismo.
Ante esto cabe preguntarse ¿cuáles son los retos de la Resistencia para el año 2010 en tanto creación cultural de la política por un pueblo que ha despertado en todos sus ideales, sueños, proyectos y perspectivas? Podemos responder con toda seguridad que son los siguientes:
1.Consolidar sus dos tendencias políticas: el liberalismo socialista y el socialismo morazánico revolucionario con la finalidad de alcanzar las metas constituyentes y la transformación del país.
2.Consolidar la cultura popular en un sentido relacional, es decir, entrelazando los conceptos y las ideas de tal modo que los mismos produzcan mensajes pedagógicos que alimenten y fortalezcan la confianza del pueblo en sí mismo, en sus propias fuerzas y energías creadoras.
3.Proteger y defender a las mejores personas porque la Resistencia implica una transformación moral de la política que reúne y concibe principios éticos de emancipación hacia el fortalecimiento de la fraternidad humana y la solidaridad en un sentido global.
4.Reeducar al pueblo en el ideal morazanista que potencializa a Honduras para que cumpla el papel de ser guía de la Humanidad en el campo del pensamiento crítico, auténticamente emancipador, estratégico, reunificador y constituyente, así como de sus valores y principios.
5.Crear la conciencia reunificadora y constituyente.
La Resistencia no es sólo un nuevo movimiento político o un movimiento político de nuevo tipo, sino un movimiento humanista que reclama el respeto integral por la dignidad humana y el término de la violencia, la injusticia, la opresión y la impunidad. Ahora bien, ¿cómo se define el movimiento? ¿cómo se concibe este movimiento a sí mismo hacia el futuro y cómo se fortalece el movimiento? ¿Bajo qué principios?
Podemos decir, que el movimiento se define como la reagrupación de distintos sectores políticos en sus dos tendencias fundamentales con la finalidad de superar todo sectarismo, dispersión y oportunismo políticos.
El movimiento se concibe a sí mismo hacia el futuro como la reintegración de la izquierda hondureña en aras de la construcción de la democracia participativa en Honduras y de un modelo económico mixto que sea alternativa al neoliberalismo. En este sentido, se aboga por la negación rotunda al hecho de que nuestro país se convierta en punta de lanza para una escalada represora del resto de los países latinoamericanos por parte del imperialismo yanqui, es decir, las potencias del Norte.
El movimiento se alimenta y fortalece bajo los principios fundamentales de aglutinación creadora que dirigen la protesta callejera por métodos pacíficos pero firmes y enérgicos y que prepara paulatinamente la participación popular para las próximas elecciones del 2014. Además, el principio de integración a la cultura del debate, la discusión creadora y la deliberación como fuentes de pontenciación del pensamiento creativo y crítico que da la oportunidad de encontrar soluciones a los problemas y desarrollar la personalidad humana en todos sus aspectos y contenidos.
Finalmente, los principios y valores de reunificación democrática que sigue el movimiento de la Resistencia para la creación objetiva de la conciencia constituyente que así va surgiendo, tienen que ver con la exigencia del derecho participativo, el plebiscito y el referéndum, como mecanismos de acción popular de nuevo tipo que pueden desembocar en la Gran Huelga General si éstos no son concedidos al pueblo.
¡Viva la lucha popular! ¡Viva la Resistencia!
(Por Irma Bezerra)
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EL HONDUREÑO ERRANTE
Por Oscar Amaya Armijo
Por Oscar Amaya Armijo
Nadie en este planeta está interesado en ensuciarse las manos matando a Michelleti.
Es un pecado de lesa humanidad matarlo; hay que dejarle vivir como el judío errante ,para que sufra viviendo la triste vida que le toca vivir.
Déjenlo vivir para verle vagar de un lado a otro, sin destino preciso, como un barco a la deriva; este debe ser el castigo para este malévolo dictador.
¿Quién querrá matar a un pobre hombre que empujó al pueblo hondureño hacia el descalabro total? Nadie.
Hay que dejarle vivir como al judío errante de la leyenda judeocristiana, pobre piltrafa, quién envalentonado por el poder de Poncio Pilatos, empujó a Cristo, haciéndole rodar por los suelo, pero éste, seguro de quién era, le dijo con toda la mansedumbre posible: “El Hijo del Hombre se va, pero tú lo esperarás hasta que vuelva” y, desde entonces, se le ve rondar entre los basureros.
Igual que en esta leyenda, hay que dejar vivir a Micheletti, errabundo, pero diciéndole antes: vive para siempre en la cárcel para que veas al pueblo en el poder, realizando las transformaciones sociales, políticas y económicas.
El peor castigo para el dictador es dejarle vivir, para que sufra en carne viva el ascenso del pueblo hondureño. La vida para él, viendo al pueblo triunfar, es una pesada lápida.
Si alguien comete el craso error de matarle, no solamente se maldecirá, sino que nos privará de verle sufrir en vida el nacer de una nueva sociedad, más justa e incluyente.
Quienes hoy sufren (los “cuatro vagos de la resistencia”) la perversidad represiva del dictador, deben llenarse de paciencia, no se vayan a manchar las manos matándole, pues él, ya es un muerto andante, un mutante de la pestilente guerra fría.
Otro castigo para este hondureño errante (en vez de judío), es tratarlo con indiferencia. Nadie debe mencionar su nombre hasta el fin de los siglos, que no haya historia para él, que se le cubra con el manto del silencio. No vale, la pena, entonces, matarle.
Además, la resistencia es un conjunto de hombres y mujeres pacíficos que nunca han vengados sus muertos, peor para matar a alguien ya inexistente. La Resistencia no es un club de asesinos, violadores y torturadores. Todo mundo sabe donde moran estas lacras.
El dictador, asimismo, anhela que lo maten, pues quiere aparecer en los libros de la historia golpista, como el hombre que se sacrificó por la democracia representativa y paralítica.
Por piedad, no le vayan a dar ese gusto.
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“SE HACE CAMINO AL ANDAR”
Por Roberto Zapata Varela
Por Roberto Zapata Varela
No cabe duda que el despertar de Honduras es esperanzador; cuando el entusiasmo se mantiene y a pesar de 194 días de enfrentamiento con la oligarquía, la deserción es poca, cabe pensar que estamos preparados para emprender las tareas enormes que debemos realizar para refundar nuestra patria.
Refundar una nación no es cosa fácil, pero tampoco está fuera del alcance de un grupo de soñadores. Más difícil ha de haber sido para nuestros próceres darle vida a estas formas de gobierno, para América en ese tiempo, todavía de carácter experimental. No puede ser imposible si tenemos en cuenta que las formas de gobierno no son siempre estáticas, como estructuras acabadas, “pétreas”, como dirían nuestros actuales gobernantes. En igual medida las constituciones sobre la base de unos fundamentos y definiciones de alguna manera permanentes, delinean las características particulares que deben conformar la nación y los postulados que deben de regir el contrato social que mediará las relaciones de los habitantes; pero teniendo en cuenta que en la medida en que las sociedades evolucionan, la perspectiva del mundo cambia. Una constitución debe dar margen a esto; es decir estar abierta a un reacomodo cada vez que la sociedad particular lo requiera. Lo pétreo sabe a dogma y el dogma no es científico y mucho menos humano.
Aristóteles en “Sobre las clases Sociales”, afirma que “ a la misma ciencia corresponde considerar cuál es la mejor constitución política y qué carácter debe tener de acuerdo con nuestro ideal si ningún factor externo lo impide, como también cuál es la que puede adaptarse a tal pueblo”. No puede haber pues, una constitución que responda a la idiosincrasia de otros hombres y mujeres distintas a los que ha de regir y mucho menos excluir a buena parte de los ciudadanos y favorecer a unos pocos. Pues si los propósitos de la política es buscar el bien común, el contrato social debe propiciar, promover y ordenar las instancias que hagan posible que las riquezas de la nación beneficien a todos los miembros de la sociedad implicada.
En el mismo trabajo, el filósofo griego enseña que “las formas de gobierno hemos distinguido tres constituciones rectas, a saber, monarquía, aristocracia y república, así como tres desviaciones de ellas, y que son respectivamente: de la monarquía, la tiranía; de la aristocracia, la oligarquía, y de la república, la democracia”, que sin satanizar a ninguna las arregla según él cree peor (la tiranía), más o menos mala (la oligarquía) y buena (la democracia), de acuerdo con la cantidad de los ciudadanos implicados que beneficie. “La democracia existe cuando una mayoría de ciudadanos libres y pobres ejercen la soberanía, y la oligarquía, a su vez, cuando la ejerce una minoría de ricos y nobles.”
Pero lograr una nueva constitución es a penas un paso. Hay cuestiones de mayor o igual importancia que debemos encarar. Refundar una nación como la que aspiramos implica asumir responsabilidades que hasta hoy hemos dejado de lado por dejadez, pereza, acomodo, ignorancia o perversidad. Una democracia participativa requiere de ciudadanos activos, dispuestos a participar en la resolución de los problemas, no de los que se sientan a quejarse; hombres y mujeres dispuestas a desterrar la insalubridad, la injusticia, la ignorancia y la perversidad.
Estamos obligados a desemantizar la cultura en que nos han obligado a vivir y que hemos asumido como verdadera, para quitarle aquellas correspondencias extrañas que nos hacen actuar como extranjeros en nuestra propia tierra; debemos abandonar los calificativos terriblemente negativos con que caracterizamos la cultura nacional y nuestros comportamiento. Recordemos que occidente nos trajo entre otras cosas el machismos y el racismo, formas excluyentes que no tienen justificación científica, humana ni cultural y que para echarlas de nos necesitamos dos cosas: voluntad para cambiar de actitud y mejorar nuestra educación.
La tarea es grande y larga la jornada, costosas por aquellos apegos que se derivan de las costumbres y difíciles por la visión estrecha que nos han configurado, pero, como dice el poeta “se hace camino al andar”.
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HONDURAS:
llego el momento de buscar la toma
del poder; el partido del pueblo
Por Ricardo Salgado
llego el momento de buscar la toma
del poder; el partido del pueblo
Por Ricardo Salgado
Hoy en las calles de Tegucigalpa quedó demostrado que cada día rechazamos con mas fuerza que nunca el golpe de estado y todo lo que representa. La masiva demostración nos obliga a entender que dinámica de la historia: a entender que la lucha ha de seguir con propósitos definidos, con una bandera fundamental: recuperar la soberanía popular.
Un par de días antes, el presidente Zelaya hacia su proclama por un estado cuyo fin supremo sea el pueblo; por un desmantelamiento del estado burgués que hoy no se conforma con tener un control absoluto de las vidas de todos a través de una economía en la que el pueblo vive en indefensión y ellos en la impunidad. Es fundamental entender el mensaje del presidente, especialmente cuando dice que “...el liberalismo tradicional ha caducado...”, y que “...ya no representa una alternativa para los grandes problemas de nuestra sociedad...”.
El camino a un estado mas equitativo, justo, pasa obligatoriamente por la toma del poder. La derecha hondureña, en una ceguera monumental, optó por el golpe de estado represivo como camino para conservar los inconmensurables privilegios de los que ya que goza. Sabiéndose incapaz de competir en un ámbito justo, prefiere seguir viviendo del estado y sus jugosos recursos. Ese estado no puede seguir en manos de estos señores, adoradores, del dinero, el dolo y la corrupción.
Los acontecimientos nos llevan a concluir que solo un partido del pueblo, con un profundo ideal morazánico, nacionalista, socialista, podrá finalmente vencer el cáncer que nos agobia hace muchas décadas. Y es que el golpe nos enseñó que no existen términos medios con la antediluviana derecha hondureña. Pasamos así de la lucha reivindicativa a la disputa clara por el poder; el poder del pueblo.
Este Partido Morazánico de la Resistencia Popular esta llamado a ser el representante y defensor de las causas populares frente a la manipulación oligárquica. Hoy nos planteamos con seriedad la necesidad de cambiar todos los estamentos del estado hondureño; aquí no cabe ningún otro término mas que refundación. Es imperativo acabar con el “Congreso Nacional Sociedad Anónima”. Necesitamos un congreso donde se encuentren verdaderos representantes de la voluntad popular, que estén dispuestos a dejar que la sea la voluntad soberana de este la que prevalezca en asunto fundamentales para la patria.
Necesitamos validar la identidad del pueblo en resistencia; instituir el partido como organismo máximo de participación ciudadana, donde ya no existan componendas, traiciones, trucos, trampas, doble moral. El partido donde se va mas allá del ámbito electorero; sonde los políticos no subasten los intereses nacionales a cualquier mercader traficante de vergüenzas.
Debemos recuperar la soberanía sobre todas las cosas que naturalmente le pertenecen al pueblo:
a) La soberanía educativa.- La educación no puede ser simplemente un objeto que se vende y se compra; no puede ser que la educación de calidad sea un privilegio de aquellos que tengan con que pagar. La cultura es un patrimonio de la humanidad, del pueblo, y este debe ejercer su plena soberanía sobre la misma. Es imprescindible emprender una educación igualitaria en calidad y cantidad para todos; no mas educación privilegiada para los cuadros de la reacción.
b) La soberanía energética.- El pueblo debe tener la primera voz en asuntos de importancia estratégica de la nación. No mas tráfico de dinero entre las clases dominantes a costas del pueblo. Los recursos que sirven para fines de energía, y los hidrocarburos deben ser propiedad del pueblo hondureño, y este derecho debe ser irrenunciable e intransferible. Se debe terminar con la privatización. Que los mercaderes sean verdaderamente productivos si quieren un lugar en la sociedad hondureña.
c) Soberanía sobre los servicios clave como el agua y las comunicaciones.- El control de estos es potestad del pueblo; y este debe decidir sobre su futuro; y bajo ninguna circunstancia puede ser negociado con empresa privada alguna.
Soberanía es el concepto que enarbolamos con el nacimiento de nuestro partido del pueblo; soberanía es la bandera con la que hemos de marchar por las calles; con la que hemos de organizar las unidades en las aldeas y caseríos mas remotos del país; soberanía es el concepto que debemos enseñar en nuestras escuelas de educación política; nunca mas dejaremos que nuestro pueblo sea engañado, que sea timado, burlado por falta de información.
Un partido solidario, capaz de reflejar la mas grandes cualidades de los seres humanos; el que incentiva el intercambio entre hermanos; el que nos enseña a no dar caridad sino lo mejor que tenemos; el que le enseña a nuestros hijos que la mayor cualidad que podemos tener es combatir la injusticias donde las veamos.
Un partido que no va a negociar posiciones, o decisiones. Nunca mas a la sombra de la noche se asesinaran las aspiraciones del pueblo: Nunca mas mentiremos o engañaremos a todos a cambio de unos pesos más. Este partido que no acepta que lo corrompan; que no cree que una posición en el estado es una oportunidad de saquear los bienes públicos.
Este partido que luche por una nueva forma de ver la realidad; donde la seguridad no este vinculada con el asesinato vil de nuestros jóvenes; no vea a los pobres como una peste; no condene a los jóvenes de antemano a los peores padecimientos.
Tomar el poder para concretar la refundación de la patria; esa toma del poder sin medias tintas; sin complacencias a las ambiciones del imperio o la codicia oligárquica; una búsqueda del poder no para conseguir un modus vivendi, sino para cambiar la historia de los que no tienen nada.
Hoy, cuando los lideres de la resistencia anuncian la lucha por la toma del poder, comenzamos una nueva etapa de lucha, pero también obtenemos el premio que nuestro pueblo marchante ha ganado a pulso bajo los garrotazos y los tiros de los chafas asesinos, y los paramilitares de otras partes de la tierra que han sido alquilados por la dictadura para callar nuestro grito de libertad.
Tenemos motivos para festejar; la noche del bipartidismo se acerca a su fin; ahora la aurora de la lucha nos ilumina, en un camino que ha de ser duro pero no insalvable. Ya no importa lo que pase, sabemos donde están los enemigos del pueblo y cual es su casa.
Ahora mas que nuca estamos en lucha; ya nada nos podrá detener.
Viva el Partido del Pueblo
07/01/2010
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