sábado, 19 de dezembro de 2009


Los organismos financieros
internacionales y el golpe

de Estado en Honduras


Por Hugo Noé Pino

El golpe de Estado en Honduras el pasado 28 de junio tuvo como consecuencia que los organismos financieros internacionales suspendieran las operaciones y desembolsos con el país. Estos organismos son principalmente: el Banco Interamericanos de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Cada una de estas instituciones divide su funcionamiento entre la administración, que lleva el día a día del manejo y su directorio que aprueba las principales políticas y hace una labor de vigilancia general. El Banco Mundial y el FMI fueron creadas después de la Segunda Guerra Mundial y en ellos se encuentran representados a nivel de su directorio todos los países miembros, alrededor de 186 países. Por su parte, el BID es un ente a nivel hemisférico, aunque también cuenta con socios extra regionales. Por su parte el BCIE funcional a nivel de Centro América, pero contando también con socios extra-regionales.

Todas estas instituciones cuando suceden acontecimientos que alteran el orden constitucional tienen como primera reacción suspender sus actividades en el país en conflicto, como ocurrió con Honduras. Pese a ello, tienen diversas reglas de cómo y cuándo reiniciar actividades con gobiernos de facto. Por ejemplo, el FMI ante la disyuntiva de a qué gobierno reconoce en Honduras, realizó un encuesta entre todos sus miembros teniendo como resultado que ningún gobierno reconocía al gobierno de facto presidido por el Sr. Micheletti y que la mayoría reconocen al gobierno presidido por el presidente Manuel Zelaya Rosales.

En el caso del BID existe una relación directa con la decisión que toma la Organización de Estados Americanos (OEA) con iguales resultados que en el FMI. El caso del Banco Mundial es un poco diferente, porque a pesar que se toma en cuenta la opinión de la comunidad internacional, existen también criterios internos que determinan sus reglas operativas. En el BCIE es también su directorio quien decide sobre las operaciones del país.

En todas estas instituciones existe una constante a nivel de los países que las conforman: ningún país reconoce al gobierno de facto de Honduras y en cambio reconocen al gobierno del presidente Zelaya. Esto quiere decir que la suspensión de actividades refleja la voluntad de los países miembros, y de sus reglas internas y no de una u otra persona a nivel individual o de alguien que represente a Honduras.

Lo que los países han visto y cuestionado es que acceder al poder con el recurso de las armas es un precedente funesto para las incipientes democracias latinoamericanas. Así que los defensores del golpe de estado deberían de buscar responsabilidad sobre la paralización de los desembolsos en aquellos que planificaron y ejecutaron el golpe de Estado. Son ellos los únicos responsables que los proyectos que ayudan a los sectores más pobres se hayan suspendido, son ellos los que han impedido que se aprueben nuevas operaciones para Honduras; son ellos lo que han impedido que nuevas misiones puedan comenzar a delinear proyectos para el próximo año.

Lo más lamentable es que todavía después de todo el daño infringido al país en este y otros aspectos, se niegan a encontrar soluciones pacíficas y se aferran a un poder ilegítimamente constituido. Cada día que pasa la situación es peor para la mayoría de hondureños que tienen que lidiar no sólo con los embates de la crisis mundial, sino también con una crisis política que pareciera que los golpistas quieren hacer permanente.

Pero también que no quede ninguna duda que Hugo Noé Pino, ciudadano hondureño, con militancia política reconocida y con la autoridad moral que su capacidad profesional y honradez le brindan, condena sin vacilaciones y con mucha fuerza la ilegalidad del gobierno actual, los asesinatos que se han venido dando, la represión contra diversos sectores de la sociedad, y la era oscurantista iniciada por el sector golpista quienes siguen promoviendo el odio y la división entre los hondureños. Parafraseando a Keynes, cuando la hora de las definiciones llega, no tengan ninguna duda que me encuentro al lado del pueblo y no de grupos dominantes que quieren volver atrás el reloj de la historia

*

Ser intelectual importa si el
calificativo viene del pueblo


Por Ricardo Salgado

Las discusiones que puedo seguir en las redes como FIAN, y otras mas a las que estoy suscrito, muchas veces me provocan grandes inquietudes sobre las opciones que tiene el pueblo hondureño de seguir una ruta verdaderamente revolucionaria.¿ Para que sirven los intelectuales en una sociedad? ¿Quien le adjudica el “titulo” de intelectual a determinada persona? ¿Más importante, que tan importante es ese calificativo?

Cuando leo (ahora con menos frecuencia) a Juan Ramón Martínez, quien se auto proclama como intelectual que pertenece a un club especial, dotado por la providencia con el don de pensar; seguramente con el propósito de justificar las atrocidades de aquellos que le pagan, entiendo porque el desarrollo social en Honduras es tan limitado.

Leer a Ramón Villeda Bermúdez requiere de mucha determinación, pues sus temas son confusos y es muy amigo de la distorsión narrativa de la historia. Seguramente escribe también para preservar los privilegios estatales que toda su familia trae de nacimiento, cual familia real. Poco ilustrativo, es leer a Segisfredo Infante, sesgado y anotado en la escuela tradicional colectora de hechos históricos. No hay un hilo de desarrollo científico en sus posiciones.

Jorge Yllescas, y Raúl Pineda, ambos escriben con el estomago y sin dignidad. Yllescas nunca fue un hombre de gran conocimiento político o sociológico; y se dedicó mas al “análisis“ político una vez que no estuvo en el gobierno de Manuel Zelaya. Raúl Pineda, nacionalista no tiene un publico muy exigente y cualquier afirmación que haga no importa pues solo se utilizan para llenar espacios.

Gente joven como Graco Pérez, hijo de Renan Pérez, y Miguel Calíx, poseen mucho mas talento pero han caído bajo la egida de piratas de la verdad como Wong Arévalo y Jorge Canahuati. Estos jóvenes, estoy convencido, son mas decentes, y creo que podrán en algún momento no lejano entender la dimensión de su error y rectificar el camino.

Finalmente nos condenan a artículos de una serie de señoras, de todas las edades que escriben por hobby y eso queda evidenciado en la calidad de sus trabajos. Caso mas notable de esto es el de Lizzy Flores que seguramente se aventura a escribir porque su padre le da la oportunidad.

Todos ellos, mas otros que no recuerdo con exactitud son vistos como los gurús de la verdad, los faros que iluminan la opinión publica nacional. Hacen turnos para conseguir premios todos los años y se disputan los espacios en los medios de la oligarquía. Para todos ellos la misión es “martillar” en la cabeza de los hondureños las “bondades” del sistema en que vivimos y nos hacen todo el daño posible, por “las mentiras que dicen y las verdades que callan” (esta frase es de Eduardo Galeano).

Ahora viene la pregunta obligada sobre la dimensión de nuestros propios pensadores populares. ¿Qué misión cumplen?; ¿qué contacto tiene con el pueblo?; ¿qué nivel de contacto tiene con la dirigencia?; ¿qué tan importante es para ellos ser reconocidos como “intelectuales”?

A diferencia de los golpistas, nuestros escritores hacen su trabajo por convicciones; por un amor genuino al pueblo marginado por mas de cinco siglos; el trabajo de nuestro pensadores no tiene precio pero si valor; no tiene prejuicios pero si enormes juicios; no son arrebatos sino análisis científicos o expresiones genuinas del arte popular, que en nuestro país, es el único arte.

Pero es necesario que entremos todos en un proceso de autocritica, y de integración revolucionaria, mas allá de toda reserva. Aquel que piensa debe tener un compromiso político para con su pueblo; esta destinado a generar las condiciones superestructurales de la lucha popular, por lo que, en consecuencia, debe poseer una posición muy clara y definida frente al pueblo y frente a los dirigentes.

Durante varias décadas la división de los grupos que plantean un objetivo común, la liberación del pueblo, ha sido generada por una clara falta de cohesión ideológica nacional. Sorprende como muchos jóvenes hoy repiten los mismos argumentos que separaban a los jóvenes de la izquierda en los setentas y los ochenta. Increíblemente muchos hoy discuten desde posiciones que ellos mismos definen como “maoístas”, “trotskistas”, “estalinistas”, “gordos”, “flacos”, etc.

¿Porque no hemos avanzado hacia un punto en el que todos defendemos una posición “hondureñista”; “morazanista” que nos identifique en una sola lucha? ¿Cuantas vidas tendrá que ofrendar el pueblo hondureño hasta que podamos generar ideas y puntos de vista coincidentes para señalar el camino?

Lamentablemente, todavía leo en FIAN como los grupos de pensadores están distanciados de otras personas que pretenden coadyuvar a la creación de una línea de pensamiento que nos oriente hacia la ansiada unidad, elemento fundamental para alcanzar la victoria popular. Todavía están clasificados entre la gente que “si sabe escribir” y los demás. ¿Qué hace falta para que nos concentremos en lo que importa?

¿Qué tan necesario es ser reconocido como intelectual, para aportar lo que hace falta para formular nuestra propia teoría?

No es mi intención demeritar el trabajo y la trayectoria de todos los que han ganado a pulso su lugar en la intelectualidad hondureña. No es mi propósito calificar o descalificar a alguien como intelectual o no. Simplemente, deseo llamar la atención a la necesidad de elevar las discusiones en estos foros a otro nivel; a discutir conceptos, ideas, proyectos, planteamientos.

Hoy es necesario que todos estemos dirigiendo nuestros esfuerzos a construir la base de sustentación ideológica de nuestra lucha. Se que hay esfuerzos importantes ya en desarrollo para fomentar este tipo de trabajo. Lo sé de pensadores que escriben aquí. Mi admiración y respeto para ellos; para los demás mi respeto y una invitación a que se unan a este trabajo.

Veo como particularmente importante la iniciativa de la “Escuela de Formación Política” del grupo los Necios. Pienso que es fundamental multiplicar exponencialmente esa iniciativa. Eso tiene que ser ya. Además, no debe ser una iniciativa fraccionada; debe ser un esfuerzo unitario sin precedentes, para que nuestros jóvenes crezcan dentro de un nuevo comienzo. Hay que trabajar por ese hombre nuevo del que habló el Ché; no verlo como utopía; hay que hacer el esfuerzo.

Debe ser el hombre nuevo cuya mas grande aspiración sea servir a su pueblo; ser solidario con su prójimo. Hay que construir el camino que elimine los intereses individuales y grupales y los reemplace por verdaderos conceptos revolucionarios.

Hoy la resistencia necesita también un replanteamiento de su estrategia, aquí se requiere la participación de mas gente. Hoy debemos encontrar la inteligencia política necesaria para inclinar la balanza de los acontecimientos en nuestro favor. Esto requiere de todos. Las ideas que se producen deben llegar a su destino. Hoy no podemos dejar de lado algo por creerlo estúpido; pero es callarlo y arrepentirnos luego.

Vaya para todos ustedes esta reflexión, que busca, fundamentalmente, abrir el intercambio intensivo de ideas, sin descanso, sin tregua, pues el verdadero enemigo no descansa nunca.

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