segunda-feira, 3 de maio de 2010

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Jose Manuel Zelaya. Foto: 7 Dias (Republica Domincana).


Manuel Zelaya: La Resistencia es la
"única vía de unidad para el pueblo"

Por Diana Canales
Red Morazánica de Información


Tegucigalpa. El presidente hondureño defenestrado por un golpe de Estado, Manuel Zelaya, reconoció a la Resistencia como la “única vía de unidad para el pueblo”, en una carta enviada con su esposa, Xiomara Castro, desde su exilio forzado en la República Dominicana.

“Les recuerdo que es impostergable la necesidad de una constituyente”, destacó Zelaya en la carta que leyera su esposa, en el acto del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en Honduras, conmemorativo del uno de mayo, Día Internacional de los Trabajadores.

Zelaya reafirma su “apoyo” a la Resistencia y declara, en su carta, que “la prioridad es la constituyente.” A lo que Xiomara Castro añadió, “[y] la urgencia… el retorno de Mel.”

Recordó Manuel Zelaya, en su carta a la Resistencia, que las “reformas” que había pretendido en su gobierno, “son hoy más necesarias que nunca y cobran vigencia cada día.”

Emplazó a los resistentes a que “frente al terror, y [para] que la sangre derramada no sea en vano, debemos exigir justicia y el cese inmediato de las violaciones a los derechos humanos y a la persecución política.”

Y, continuó a recomendar a quienes han pretendido utilizar el contexto de la Resistencia como un marco político electorero, según algunas denuncias, que “este no es el momento de hacer política, que no nos distraigan candidaturas y sectarismos vanos”, exhortó enfático.

Zelaya advirtió en su misiva que: “Se equivoca la oligarquía -socia menor de las transnacionales- al pensar que, por la fuerza de las armas, con su violencia criminal vencería”, en alusión al golpe de Estado y a la persecución, que ha sido denunciada, contra los opositores al golpismo, que aseguran “no detiene al pueblo resistente” que exige transformaciones sociales y políticas.

“Hoy, aquí estamos decididos a seguir… este pueblo avanza y no parará jamás”, declaró Zelaya.

El presidente expatriado reafirmó su vínculo con el movimiento popular que lo respaldó en su gobierno y, todavía, en el proceso posterior al Golpe: “A ellos les digo”, alude a quienes lo defenestraron, “que no hay distancia capaz de separarme del pueblo.”

Zelaya al comienzo de la carta, también exaltó esa cercanía que afirma sostiene con el pueblo: “Mi vida, mi suerte y la de mi familia, de mi esposa, mi madre, mis hermanos y mis hijos, están ligadas a las de los trabajadores y trabajadoras en Honduras”, expresa.

Xiomara Castro agradeció la “solidaridad”, y recordó “no olvido el acompañamiento del 27 de enero”, en el que el pueblo “dio un hasta luego a su presidente”; en referencia al día en que Zelaya salió de Honduras, después de cuatro meses de encierro en la embajada brasileña en Tegucigalpa , en la que permaneció como “huésped especial “ del gobierno de Lula da Silva.

La lectura de la carta por Xiomara Zelaya, fue interrumpida, a intervalos, por los participantes en el acto, quienes coreaban, “Mel amigo, el pueblo está contigo” y, otras veces repetían, “Mel, Mel, ¿qué tiene Mel que la oligarquía no puede con él?”

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Cientos de miles de manifestantes del
Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP)


Exigen una democracia
“real, participativa e

incluyente”, en Honduras


Red Morazánica de Información

Tegucigalpa. “Una democracia real, participativa e incluyente”, además del retorno “incondicional y seguro” del presidente expatriado, Manuel Zelaya, exigieron, hoy, cientos de miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia Popular en Honduras (FNRP), tras una caminata por más de cuatro horas, al conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.

Las exigencias del sector trabajador hondureño, de los sindicatos y federaciones obreras aglutinados en el FNRP, atienden, esta vez, a un todo integrado de problemas sociales y políticos de arrastre histórico que requiere “construir políticas de Estado” y que deberían comenzar a resolverse con una “asamblea nacional constituyente”, para la “refundación del país”, según expresaron los representantes de los entes sociales y políticos que componen el Frente.

La multitud concentrada de manifestantes, cálculos máximos han estimado el “millón”, provocó que los grupos de organizaciones fueran abriendo espacio por tramos para descongestionar el camino, y lograr desplazarse en los seis kilómetros a recorrer con carteles alusivos a la Constituyente, a los derechos humanos, el retorno del Padre Tamayo y funcionarios del gobierno Zelaya en igual condición; contra el golpe de Estado, la corrupción, la injusticia, la comisión de la “verdad”; y muchos otros temas.

Juan Barahona, coordinador general del FNRP y presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH), aseguró que el golpe de Estado, que cumple ya diez meses, “ha generado una crisis social, económica y política que exige cambios profundos.”

EL FNRP acusó, “un sistema herido que atraviesa una crisis sólo comparable a la de 1930, que es alimentaria, social, energética, ambiental y jurídica […] que repercute, fundamentalmente, sobre las mujeres y los más jóvenes”. Por lo que se debe “enterrar el modelo neoliberal y construir un modelo para una política que asegure la justicia y la inclusión de jóvenes y de mujeres.”

Y reclaman, entre otros puntos, sobre todo: reinserir a Honduras en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), derogar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos (EU), suspender la negociación del acuerdo comercial con Europa; una “justicia fiscal” que elimine exenciones y gastos superfluos para financiar políticas educativas, de salud y de economía alternativa solidaria.

Demandan el “agua como derecho humano”, crear una nueva ley con “participación popular” que asegure la concesión de aguas; aumento general de salarios justos, la no tercerización y la no flexibilización laboral, el respeto a la contratación colectiva; aplicar la ley de protección al consumidor, y a la vivienda; la soberanía alimentaria y una reforma agraria “real efectiva”.

Cumplir el acuerdo logrado por los campesinos del movimiento unificado (MUCA), liberar de inmediata campesinos de la comunidad Guadalupe Carney detenidos, suspender los desalojos y devolver a los originarios las tierras de Zacate Grande que están bajo el control privado del empresario Miguel Facussé, también en conflicto con el MUCA, es otra de las exigencias del FNRP para el sector campesino.

Reivindicaron una “institucionalidad electoral justa y equitativa” que derogue completamente la ley electoral y cree una nueva que garantice el derecho pleno de las organizaciones políticas y la vigencia de las candidaturas independientes.

Rescatar los servicios públicos de manos privadas, la gratuidad de la educación y resolver la crisis de sus instituciones, la corrupción en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), el reintegro de 140 trabajadores de la UNAH, los bonos estudiantiles, abolir reglamentos “autoritarios” y los exámenes de admisión exclyentes, los nombramientos irregulares y el respeto al estatuto docente.

La movilización, que partió de la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” (UPNFM) incluyó varias carrozas alegóricas. Inusitada fue la de Radio Globo, con la que se incorpora por primera vez en una manifestación popular, a periodistas con una identidad de trabajador en defensa de la libertad de expresión y prensa, y contra el asesinato de seis de sus compañeros en este año.

Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, se incorporó a la manifestación y leyó, como parte de los actos, una carta enviada por Zelaya en la que reconoce a la Resistencia como la “única vía de unidad” del pueblo hondureño y a la Constituyente como la “prioridad” para la acción del FNRP.

Juan Barahona, en nombre del FNRP, exaltó a un “pueblo valiente“, que “ha resistido a la represión… a la estrategia imperialista junto con el régimen de Porfirio Lobo”, de quien, dijo, es “rechazado” por ser “ilegitimo, ilegal y usurpador. “ Y, urgió como necesario, “evolucionar hacia una lucha que arrebate el poder a la oligarquía que junto al ejército se ha apoderado del Estado.”

La manifestación, vigilada por policías a pié y sobrevolada por helicóptero, concluyó de frente a la pista del Aeropuerto Toncontín, para realizar los actos conmemorativos de los trabajadores, exactamente en el punto donde fue asesinado, según testigos, por un francotirador el joven, Isis Obed Murillo, que estaba junto a miles de resistentes a la espera de Manuel Zelaya en su intento por aterrizar en Honduras, el O5 de julio de 2009, pero fue impedido por el régimen golpista que atravesó vehículos militares en la pista aérea. (Diana Canales)

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Editorial TIEMPO
Unidad popular


Las multitudinarias marchas unificadas en todo el país de los trabajadores, los gremios y organizaciones de la sociedad civil democrática y del movimiento político popular, dan testimonio de la voluntad nacional de resolver la crisis política e institucional de Honduras mediante un proceso de refundación constitucional y legítima institucionalidad democrática.

Esa es la conclusión principal de la celebración del Primero de Mayo de 2010, que no pudo pasar inadvertida, pese a la consigna ocultación mediática del eje antidemocrático, y que, por el contrario, confiere a este acontecimiento una dimensión superior de reivindicación política y social en la conciencia ciudadana de la nación hondureña.

Este fenómeno se explica por el impacto del rompimiento del Estado de Derecho del 28 de junio/09 que, por encima de todo, puso en evidencia el colapso total de la institucionalidad hondureña, resumida en inseguridad jurídica, política y social, en corrupción generalizada en la administración pública y en control autocrático elitista del poder estatal.

De cara a esa situación, ahora agravada por la irrefrenable persistencia del control autocrático en el poder público, a manera de prolongación camuflada del régimen de facto, va decantándose un proceso de unidad popular cuya primera señal importante es la determinación de las tres centrales obreras del país de unificarse, bajo conceptos operativos e ideológicos integrados, para luchar por la reestructuración política, económica y social de Honduras.

Sucede, entonces, que la población hondureña, sacudida por la fractura institucional, está reaccionando hacia la valoración de sus derechos civiles y sus derechos políticos, lo cual, una vez comprendido y asumido, le va revelando su condición de ciudadanía, y despertándole la conciencia de su derecho a participar activamente en la vida política de su país.

La élite del poder en Honduras, sin embargo, niega la validez de esa evolución ciertamente democrática, y, por lo tanto, adecúa el sistema político conforme a esa negación. Crea por esta vía la dialéctica de la confrontación y la violencia, bajo la premisa de su superioridad en base al control del poder —de las instituciones, las armas y la ley—en el Estado y en el sistema económico.

En realidad, esta es una vieja historia que, como se decía antiguamente, se pierde en la noche de los tiempos. Es la historia de las guerras, de las revoluciones, de las montoneras, cuya razón última es el abuso de los poderosos sobre los desposeídos. Un desbordamiento que únicamente puede resolverse —y hasta prevenirse— dándole espacio a un examen honesto e imparcial de la situación que permita establecer un nuevo pacto político y social.

Después de esta demostración —clara y contundente— del Primero de Mayo de 2010, tiene la palabra la Comisión de la Verdad, un mecanismo político sin precedente en nuestra nación, que se instalará mañana martes, y sobre la que hay una formidable carga de expectativas. No nos atrevemos a especular sobre sus probabilidades de éxito o de fracaso, pues depende mucho de la altura y justeza de la interlocución, lo mismo que de la credibilidad que logre edificar en la sociedad hondureña con sus conclusiones.
Quizá por ello, la masa laboral y la sociedad civil democrática se aferra al planteamiento del Poder Constituyente como la llave maestra para la solución del conflicto, de la crisis, con fundamento en una exitosa tradición que nunca falla.

Actualizado ( Lunes, 03 de Mayo de 2010 08:40 )
Fonte: Diario Tiempo (Honduras)

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Se ¿equivocó? titular de Cancillería
Embajada de EU en Honduras publica

informe de llamada teléfonica

de Barack Obama a Porfirio Lobo


Red Morazánica de Información

Tegucigalpa. El titular de la cancillería hondureña, Mario Canahuati, negó la semana pasada a medios de comunicación, que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, hubiera expresado su preocupación por los derechos humanos en el régimen de Porfirio Lobob sobre los "asesinatos de periodistas y activistas cívicos" en Honduras.

En un informe del 26 de abril de 2010, la embajada de ese país en Tegucigalpa, indica que Obama felicitó a Porfirio Lobo, jefe del Ejecutivo, "por su liderazgo en sus primeros meses en el cargo al impulsar la reconciliación nacional y restaurar el orden democrático y constitucional en Honduras."

Y continua el informe, "El presidente Obama expresó su preocupación por la situación de los derechos humanos en Honduras, particularmente ante la sospechosa matanza de varios periodistas y activistas cívicos."

De igual modo, en el boletín de prensa del la Embajada del 02 de marzo de 2010, en relación al caso de la comunicadora, Carol Cabrera, expresa: " La Embajada ha seguido de cerca denuncias que activistas anti-golpe de Estado han sido recientemente víctimas de la violencia y la intimidación basada en sus creencias políticas."

Y, después, deja manifiesta su expresa preocupación por " el intento de asesinato de la periodista, Carol Cabrera el pasado 1 de marzo" y le desea una "pronta recuperación."

El informe del 2 de marzo de 2010, finaliza haciendo "un llamado a las autoridades competentes a investigar a fondo estos crímenes y enjuiciar a los responsables." (D.C.)

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